Algunos puntos que resumen lo sucedido tras la caída de Kabul en Afganistán después de que la ciudad fuera tomada por los talibanes
La mañana del 16 de agosto el mundo despertó con la noticia de que Kabul, la capital y ciudad más grande de Afganistán, había sido tomada por los talibanes. Este grupo extremista islámico había ya dominado el país de 1996 a 2001. Después de los atentados del 11 de septiembre Estados Unidos se involucró para quitarlos del poder. Sin embargo, en abril del año en curso el presidente Joe Biden anunció la retirada de las tropas estadounidenses que todavía quedaban en el país de Asia del Sur.
La caída de Kabul se dio junto a la huída de Ashraf Ghani, presidente de Afganistán. “Para evitar un baño de sangre, pensé que sería mejor irme”, escribió Ghani en su Facebook durante la madrugada del lunes. Sin resistencia los talibanes entraron sin resistencia al palacio presidencial de Kabul, como un acto simbólico que representa el control del país por parte del grupo insurgente.
Algunas de las imágenes que han recorrido el mundo parecen salidas de una película. Miles de personas abarrotaron el aeropuerto de la capital de Afganistán y rodearon a un avión de transporte militar estadounidense con la intención de huir del país. Mientras tanto, los países occidentales hacen grandes esfuerzos para evacuar a su equipo diplomático.
El gobierno del Talibán en Afganistán representa el inicio de una época represiva y corrupta. Hay que recordar que este grupo fundamentalista [que tiene una representación literal y propia de los textos religiosos], atemoriza a la nación y al mundo por sus contantes violaciones a los derechos humanos, principalmente hacia las mujeres; a quienes se les prohíbe, entre tantas cosas, la educación y acceso a la salud.
La respuesta de las naciones ante la situación de Afganistán
La conquista de Afganistán por parte del grupo extremista representa para Estados Unidos una de las mayores derrotas militares en su historia. La guerra de más de 20 años le costó a los estadounidenses más de 83,000 millones de dólares y miles de vidas perdidas. Esto en los constantes ataques que había en territorio afgano aún con la presencia militar de Estados Unidos en Afganistán.
“Los soldados estadounidenses no pueden ni deben luchar y morir en una guerra que las fuerzas afganas no están dispuestas a librar por sí mismas”, dijo el presidente Biden la tarde del lunes 16 de agosto después de la toma de los talibanes. Reiteró que la intención de Estados Unidos nunca fue; “crear una nación, ni crear una democracia unificada y centralizada”, sino proteger a Estados Unidos de ataques terroristas.
Los países europeos y otras naciones ya comenzaron diálogos para unificar la posición que tomarán ante el régimen Talibán. Según declaraciones del presidente Emmanuel Macron; Francia, Alemania y el Reino Unido presentarán iniciativas para intentar evitar que Afganistán “vuelva a convertirse en un santuario terrorista”. Estos diálogos también buscarán soluciones para evitar una crisis humanitaria ante la innegable llegada de refugiados a los países del continente.
Algunos países ya se han pronunciado, poniendo al centro los derechos humanos. Prestarán ayuda a mujeres, hombres, intelectuales, escritores, periodistas y a la sociedad civil afgana. Estados Unidos por su parte ya dijo que protegerá a los ciudadanos afganos que apoyaron su presencia en Afganistán, muchos de ellos temen represalias. Biden también dijo que en caso de que los talibanes impidan la retirada de sus últimas tropas y aliados; “la respuesta estadounidense será energética e inmediata” y defenderá a su gente “con fuerza devastadora de ser necesario”.
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