Pequeño en tamaño pero inmenso en valor, este chile esférico es conocido en Sonora como el ‘oro rojo’. Su picor intenso y su singular sabor lo convierten en un auténtico tesoro culinario de la región
Daniela Valenzuela / NORO
En el noroeste de México, específicamente en el estado de Sonora, se cultiva un chile que es considerado un auténtico tesoro por su sabor y su valor económico: el chiltepín.
Este pequeño pero poderoso chile, conocido científicamente como Capsicum annuum var. glabriusculum, ha sido apodado el “oro rojo” de la región. Su forma esférica y diminuta contrasta con su intenso picor, que lo convierte en un ingrediente esencial en la cocina sonorense y en la gastronomía mexicana en general.
El oro rojo de Sonora
El chiltepín no solo es valorado por su sabor, sino también por su alto costo en el mercado. Debido a su difícil recolección, su precio puede alcanzar hasta 2 mil pesos mexicanos por kilogramo, haciendo de su cultivo y recolección una actividad lucrativa y fundamental para la economía local.
Sonora se destaca como el principal productor de este codiciado chile, donde su cosecha es más que una tradición: es un arte que ha sido transmitido de generación en generación.
La gran cosecha, se sitúa específicamente al sur de estado, cerca del Río Sonora en Baviacora Sonora, lugar donde se puede encontrar de 400 a 500 agricultores, los cuales tiene que dedicarle al arbusto de chiltepin cerca de 19 horas del día, cultivando de septiembre a noviembre.
La recolección del chiltepín es una tarea laboriosa que se realiza a mano, lo que contribuye a su elevado precio. Los recolectores, conocidos como “chiltepineros”, se adentran en la sierra y el desierto, donde crece de forma silvestre, para recolectar cuidadosamente cada fruto.
Este proceso resalta la conexión íntima entre la tierra sonorense y sus habitantes, quienes han sabido valorar y proteger este pequeño pero significativo recurso natural. Así, el chiltepín no solo es un ingrediente, sino también un símbolo de la identidad y la riqueza cultural de Sonora.
La tradición del chiltepín en Sonora
En Sonora, el chiltepín no solo es valorado por su sabor y picor, sino también por la tradición que envuelve su consumo. Este pequeño pero poderoso chile, una vez que ha alcanzado su punto de madurez en el matorral, es cuidadosamente recolectado y luego secado al sol durante una semana.
Este proceso natural permite que el chiltepín desarrolle su característico picor y sabor concentrado, convirtiéndose en un ingrediente indispensable en la cocina sonorense.
Una vez seco, el chiltepín es distribuido y llega a los hogares, donde es almacenado con esmero. Tradicionalmente, las familias lo guardan en pequeños frascos de vidrio, a menudo reutilizando envases de café.
El chiltepín es conocido por su potente picor, que puede durar entre 7 y 20 minutos en el paladar. Por esta razón, antes de ser utilizado en la cocina, se aplasta cuidadosamente para liberar su sabor.
En Sonora, es común contar con un “chiltepinero”, un pequeño recipiente de madera, generalmente de palo fierro, diseñado especialmente para aplastar el chiltepín. Este utensilio no solo es práctico, sino también una pieza artesanal que evita el contacto directo con el chile, protegiendo los dedos del intenso quemor que puede provocar su manipulación.
Así, el chiltepín no es solo un ingrediente, sino una expresión cultural que conecta a los sonorenses con su tierra, su historia y sus tradiciones culinarias.
Con información de México Desconocido, Food & Wine Español y Luz Noticias.