Cineastas del noroeste de México, fueron seleccionadas para una residencia en exhibición cinematográfica de Locarno Industry Academy en el Bogotá Audiovisual Market


Daniela Valenzuela / NORO
Elidé Malagamba y Bethania Vásquez, dos creadoras comprometidas con el cine comunitario en la frontera noroeste de México, han sido seleccionadas para participar en la Locarno Industry Academy, una residencia especializada en exhibición cinematográfica que se llevará a cabo en el Bogotá Audiovisual Market (BAM).
Esta distinción no solo reconoce su trabajo local, sino que también subraya la creciente profesionalización del cine en regiones periféricas como Ensenada, Baja California.
El festival suizo, célebre por impulsar nuevas voces del cine global, ha incluido en su Academia de Exhibición en Bogotá a estas dos creadoras cuya labor ha sido fundamental para fomentar el acceso al cine independiente en una región tradicionalmente alejada de los grandes centros de producción.
Bethania Vásquez: del cine universitario a la comunidad

Bethania Vásquez es comunicóloga con una maestría en producción cinematográfica. Desde hace años impulsa Cine de Verano en la Plaza Santo Tomás, un proyecto que surgió en la pandemia y ha crecido de forma orgánica, atrayendo a un público fiel en busca de alternativas culturales.
«Yo no llegué al cine, me jalaron. Tiene que ver con mi personalidad y mi habilidad de organización», comenta Bethania, quien se ha convertido en una pieza clave de la exhibición de cine en espacios públicos en Ensenada.




Su implicación comenzó de forma casual, pero su constancia la llevó a asumir responsabilidades dentro del proyecto: “Como que siempre termino involucrada como por chismosa y por meticha… y me voy involucrando y como haciendo cosas que nadie me pidió hacer, y de verdad, no, ya la estoy haciendo como con más ímpetu”, declaró para NORO.
Bethania ha sido testigo del crecimiento del interés por el cine en su ciudad: «Hay cine en todos lados… y en una ciudad tan chiquita como Ensenada, escuchar que hay personas haciendo cine me parece impactante».
Su trabajo ha servido como punto de encuentro para jóvenes creadores, espectadores curiosos y colectivos culturales que buscan abrir nuevas ventanas al mundo a través del séptimo arte.
Elidé Malagamba: 15 años abriendo caminos para el cine


Elidé Malagamba, originaria también de Ensenada, ha dedicado más de 15 años a la exhibición cinematográfica, una labor que considera esencial en la cadena de producción fílmica.
Actualmente radica en Seattle, donde colabora como programadora en el Seattle Latino Film Festival, además de mantener proyectos activos en su ciudad natal, como el que coordina con el Museo Caracol.
«Yo empecé mi gusto por el cine en la adolescencia… me dejaban todo el día en el cine Los Gemelos y me la pasaba viendo películas», recuerda.


Desde entonces, su pasión evolucionó hasta convertirse en vocación. Ya en la preparatoria, recuerda que todo su dinero se iba en rentas de peliculas.
Uno de los aprendizajes más significativos en su carrera vino de su experiencia llevando cine a comunidades rurales e indígenas: “Muchas de estas comunidades no alcanzan a verse en la pantalla… y ahora están haciendo cine o trabajo comunitario”, señala.

Para Elidé, el cine ha sido tanto una herramienta de transformación social como de resistencia cultural. Su experiencia le ha permitido identificar con claridad uno de los grandes vacíos en el ecosistema cinematográfico mexicano: “Las películas se quedan y no hay movimiento de ellas… el noroeste necesita mucho trabajo de distribución y exhibición”.
Para ella, la formación en exhibición sigue siendo una asignatura pendiente en muchos espacios académicos de cine.
«La profesionalización del cine no es solo saber hacer películas, sino saber compartirlas, programarlas, hacerlas llegar a públicos diversos», explica.
En Locarno: una plataforma internacional para el cine de frontera

La participación de Elidé y Bethania en el programa del Locarno Film Festival es un ejemplo concreto de cómo la profesionalización del cine en México está emergiendo desde los márgenes. Durante décadas, la industria cinematográfica nacional se ha concentrado en la Ciudad de México, dejando fuera a regiones como Baja California.
Ambas cineastas consideran que esta residencia representa mucho más que una experiencia formativa: es una validación para todos los que trabajan en el cine fuera del centro.
“Exhibir cine debe ser parte fundamental del currículum cinematográfico… y se suele dejar al final”, dice Elidé.
Por su parte, Bethania señala que ha tenido que romper con el “síndrome del impostor” para asumir su papel en el ámbito profesional: “Esto es una academia, es para que tú aprendas y te formes… también desde el cine que se hace desde lo comunitario”.

El fortalecimiento de iniciativas como Cine de Verano, que ha pasado de cuatro funciones anuales a seis por mes, o la colaboración binacional de Elidé entre Seattle y Ensenada, son indicadores de que el ecosistema cinematográfico en el noroeste de México está creciendo no solo en cantidad, sino en calidad y estructura.
La selección de ambas cineastas en la residencia en exhibición cinematográfica de Locarno Industry Academy en el Bogotá Audiovisual Market ha sido recibida con entusiasmo tanto por ellas como por sus comunidades. No solo significa una oportunidad para profesionalizar su labor, sino también un reconocimiento a proyectos periféricos que han logrado consolidarse con esfuerzo y creatividad.
«Me pareció increíble que fuéramos seleccionadas dos morras de Ensenada… es como vamos bien, ¿no?», dice Elidé, quien destaca la importancia de crear espacios desde la frontera norte. “Exhibir cine debe ser parte fundamental del currículum cinematográfico… y se suele dejar al final”.
Bethania también reflexiona sobre el valor de la experiencia colectiva: “Me emociona aprender, pero también ver qué tan similares podemos llegar a ser con otras ciudades de Latinoamérica… entender por qué estamos todos ahí”.