Recientemente se informó que ha Estados Unidos ha rechazado la solicitud de México para un canal especial de distribución de agua del río Colorado hacia Tijuana, por incumplimientos en el tratado de 1944

Daniela Valenzuela / NORO
La relación entre México y Estados Unidos ha estado marcada por acuerdos y desacuerdos en diversos ámbitos.
Uno de los pilares de esta relación es el Tratado de Aguas de 1944, que establece la distribución de recursos hídricos entre ambos países. Recientemente, este tratado ha sido objeto de tensión debido a la negativa de Estados Unidos a una solicitud mexicana relacionada con el suministro de agua a Tijuana.

El 20 de marzo de 2025, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció que, por primera vez, denegará una solicitud de México para un canal especial que permitiera el suministro de agua del río Colorado a Tijuana.
Esta decisión se basa en el supuesto incumplimiento de México en la entrega de agua acordada en el tratado de 1944, afectando principalmente a los agricultores del valle del Río Grande en Texas.
El Tratado de Aguas de 1944 y sus implicaciones actuales

El Tratado de Aguas de 1944 es un acuerdo binacional que establece la distribución de las aguas de los ríos Bravo y Colorado entre México y Estados Unidos.
Según este tratado, México debe transferir agua a Estados Unidos cada cinco años desde las presas compartidas en la frontera con Texas.
A cambio, Estados Unidos suministra agua del río Colorado a México. Este acuerdo ha sido fundamental para la gestión hídrica en la región, pero las recientes tensiones ponen en duda su eficacia en el contexto actual

La negativa de Estados Unidos se basa en las continuas deficiencias de México en sus entregas de agua, lo que, según autoridades estadounidenses, está afectando gravemente la agricultura en Texas.
Según el senador Ted Cruz el déficit de agua ha provocado pérdidas económicas significativas para los agricultores texanos.

Por su parte, México ha enfrentado sequías intensas que han dificultado el cumplimiento de sus obligaciones.
La combinación de factores climáticos adversos y una demanda creciente de agua ha llevado a una situación crítica en la gestión de los recursos hídricos.
Aunque en noviembre de 2024 se alcanzó un acuerdo para mejorar las entregas de agua, la implementación ha sido problemática, exacerbando las tensiones entre ambos países.
Impacto en Tijuana y la región fronteriza

Tijuana, una de las ciudades más importantes de la frontera norte de México, depende en gran medida del agua del río Colorado para abastecer a su población y sostener su economía.
La negativa de Estados Unidos a suministrar agua a través de un canal especial pone en riesgo el suministro para millones de habitantes y podría tener repercusiones en sectores clave como la industria y los servicios.
Además, la crisis hídrica en Tijuana podría generar problemas de salud pública y aumentar la presión migratoria hacia Estados Unidos, ya que la falta de agua potable y oportunidades económicas podría empujar a más personas a buscar mejores condiciones de vida al otro lado de la frontera.

La situación también podría afectar la cooperación binacional en otros ámbitos, ya que la gestión del agua es solo una de las muchas áreas en las que ambos países están interconectados.
La falta de colaboración efectiva en este tema podría sentar un precedente negativo para futuros acuerdos y proyectos conjuntos.
La crisis actual exige una revisión y actualización del Tratado de Aguas de 1944 para adaptarlo a las realidades del siglo XXI. El cambio climático, el crecimiento poblacional y las nuevas demandas económicas requieren un marco más flexible y equitativo que permita una gestión sostenible de los recursos hídricos compartidos.
Con información de El Imparcial, El Universal, y El Economista.