Ubicado en el corazón de la ciudad, el mercado más antiguo de Tijuana continúa brindado calidad a sus clientes a casi 100 años desde su fundación
El “Mercado Anáhuac» o mejor conocido por los tijuanenses como “El Popo” fue fundado por el empresario Enrique Aldrete Palacio en la década de los treinta, a partir de la necesidad de que la población enfrentaba ante el auge de comercios como burdeles y cantinas, por lo que la ciudad carecía de comercios que ofrecieran productos de la canasta básica que se producían en las rancherías aledañas.
Ante las necesidades de los 3 mil habitantes de Tijuana en esa época fue fundado el mercado, en el que los campesinos podían ofertar sus productos como frutas, verduras, leche, legumbres, carne y especias a muy bajo costo. Lo que hizo que el lugar ganara popularidad entre los tijuanenses.
En sus primeros años, el mercado estaba construido completamente rústico, de madera y con paredes de alambre de gallinero, según mencionó el comerciante más antiguo del lugar, Don Martín Hernández Salazar, pues su objetivo principal no era el lugar sino los productos que se ofertaban en él.
¿Por qué se le conoce como El Popo?
Aunque su nombre es “Mercado Anáhuac” coloquialmente se le conoce como “El Popo”, pues según antiguos locatarios del lugar, es conocido por este nombre debido a un famoso y concurrido local de aquella época llamado “Neverías Popocatépetl” que con el paso del tiempo adquirió mucha popularidad entre la población, entonces la gente comenzó a referirse como «El Popo» al mercado en general.
Aunque la nevería ya desapareció, el lugar sigue siendo llamado coloquialmente como las cuatro primeras letras de lo que fue su nombre.
¿Qué podías encontrar en el mercado?
Con el paso de los años llegaron más locatarios, y entonces, ya no sólo se ofertaba lo que se conoce como la canasta básica sino también productos desde belleza hasta lugares de entretenimiento.
Entre estos lugares se encuentra “Cinelandia” quien fungió como uno de los primeros cines de Tijuana y se encontraba al final del pasillo de “El Popo” donde la entrada costaba un centavo americano.
El lugar pertenecía a una persona proveniente de Guadalajara, quien al llegar a la ciudad fronteriza trajo consigo instrumentaría para fundar el cine, entre sus herramientas destacaban las máquinas de fotos que proyectaban imágenes en secuencia en una manta negra, que funcionaba al girar una manivela, donde la duración de lo que se presentaba dependía de tan rápido se girara.
El locatario más antiguo del lugar, asegura que el cine duró de 30 a 40 años ofreciendo sus servicios, con ello también su transformación, pues después de un tiempo se presentaron las películas desde un proyector.
El incendio hace más 20 años en el mercado «El Popo»
El incendio suscitado en la década de los noventas, dejó todo el lugar bajo penumbra, incertidumbre y cenizas. Lo que apresuró su reconstrucción total aunque, en el proceso algunos locatarios decidieron cerrar por completo sus accesos al mercado, dejando el lugar aún más chico.
Aún con esto, el lugar actualmente sigue de pie y ofrece una variedad de productos a sus clientes inmensa, que va desde dulces tradicionales, especias difíciles de conseguir en super convencionales, queso, carne y verduras frescas todos los días.
¿Por qué no es declarado patrimonio histórico?
Una de las principales razones es que el mercado pertenece al sector privado, siendo esta un limitante importante, además de que para ser declarado como patrimonio histórico ante la ley solo va de los prehispánico hasta lo colonial y una parte de la época del siglo XIX, por lo que Tijuana es posterior a esto.
El IMAC (Instituto Municipal de Arte y Cultura) se encuentra capacitado para proponer lugares que podrían convertirse en patrimonio histórico, aunque para esto se requiere de la presencia del dueño y fundador del lugar.
Con información del Sol de Tijuana, Infobaja y Newsweek Baja.