En Mexicali existe el primer centro en América Latina que ofrece un espacio supervisado para el consumo de drogas. La Sala reduce riesgos de sobredosis.
En medio de la creciente crisis de opioides que afecta no solo a México sino a nivel global, en 2018 surgió un refugio inesperado en el corazón del centro histórico de Mexicali.

Se trata de «La Sala», un centro supervisado que proporciona atención a los consumidores de diversos tipos de drogas, incluyendo la heroína, una de las más adictivas y mortales en el mercado.
Esta iniciativa, bajo la filosofía de reducción de riesgos, fue establecida hace más de ocho años por la organización Integración Social Verter A.C, convirtiéndose en el primer lugar de consumo seguro en América Latina.
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Combatiendo la epidemia de muertes por sobredosis
En un contexto donde las muertes por sobredosis se han convertido en una epidemia, La Sala busca proporcionar un espacio seguro para aquellos que enfrentan la adicción a la heroína y otros opioides.
La directora de la asociación, Lourdes Angulo, destaca que el objetivo principal es evitar pérdidas humanas por sobredosis, ofreciendo un entorno controlado y supervisado para el consumo de drogas.

El aumento y la disponibilidad y consumo de fentanilo, un opioide 50 veces más potente que la heroína, elevó significativamente el riesgo de muerte por sobredosis. Según datos de la Secretaría de la Defensa Nacional, los decomisos de fentanilo en México han aumentado en un 92%.
Ante esta realidad, espacios como La Sala se vuelven cruciales para proporcionar ayuda y reducir riesgos asociados con el consumo de drogas.
Enfoque en la prevención de muertes
Desde su apertura en 2018, La Sala se convirtió en un lugar que lucha contra las muertes por sobredosis en la frontera de México y Estados Unidos.
Siguiendo el ejemplo de ciudades como Vancouver, Copenhague y Seattle, esta iniciativa ha demostrado su eficacia en la reducción de riesgos y daños asociados al consumo de drogas.

Durante su fase piloto, La Sala se enfocó en atender especialmente a mujeres, reconociendo su condición de vulnerabilidad en las calles, sin embargo, ya ofrecen atención a cualquier persona sin importar su género o situación.
El proyecto ofrece un conjunto de servicios integrales, que van desde el suministro de jeringas nuevas y agua destilada hasta la disponibilidad de dosis de naloxona para prevenir sobredosis.
La Sala busca respetar los derechos humanos
La Sala no solo busca prevenir muertes por sobredosis, sino también promover un entorno donde se respeten los derechos humanos de quienes enfrentan la adicción a las drogas.
Con un enfoque basado en la reducción de riesgos, este espacio ofrece a los usuarios la oportunidad de inyectarse de manera segura, evitando así prácticas riesgosas en lugares públicos.

El coordinador de Verter, Said Slim, destaca la importancia de esta iniciativa en la comunidad, señalando que La Sala ofrece una alternativa vital para aquellos que de otra manera se verían obligados a consumir drogas en entornos peligrosos e inseguros.
Con un enfoque preventivo y humanitario, este centro representa un paso significativo hacia la mitigación de los daños asociados con el consumo de drogas en la región.
La Sala no solo proporciona un espacio físico para el consumo de drogas, sino también un refugio donde se prioriza la salud y el bienestar de quienes enfrentan la adicción. En un contexto donde la crisis de drogas sigue cobrando vidas, iniciativas como esta ofrecen un mejor futuro encaminado hacia la prevención y la recuperación.
¿Ya conocías esta iniciativa?
Fuentes: MVS Noticias, Verter, Buzzfeed