En Puerto Nuevo hay langosta todo el año gracias a reservas congeladas, capturadas legalmente antes de la veda. Así se cuida la especie sin perder la tradición.
Grecia Bojórquez/ NORO
Si has comido langosta en Puerto Nuevo en pleno verano o en mayo, tal vez te hayas hecho esta pregunta: ¿cómo es posible si hay veda? El pequeño poblado costero, a tan solo una hora de Tijuana, en Baja California ha construido su reputación sobre un platillo icónico, la langosta roja servida con arroz, frijoles, tortillas de harina y mantequilla.

Sin embargo, detrás del sabor que ha conquistado paladares de locales y turistas, existe un sistema bien organizado que hace posible disfrutar de este manjar todo el año, sin violar las normas ambientales. La clave está en la planificación, ya que cada año, antes del inicio de la veda de langosta, que en 2025 va del 16 de febrero al 14 de septiembre, las cooperativas pesqueras y los restauranteros almacenan langosta congelada para continuar ofreciendo el platillo en los meses en que no está permitido pescarla.

Alma Rosa García Juárez, titular de la Secretaría de Pesca y Acuacultura de Baja California, explicó que antes de que concluya la temporada de captura, los restauranteros abastecen sus bodegas con langosta, la cual conservan congelada para poder ofrecerla durante el periodo de veda.
Dicho modelo permite que la actividad turística y económica no se detenga, al mismo tiempo que se protege el ciclo reproductivo del crustáceo.
Langosta congelada, pero legal y sabrosa
Uno de los principales mitos que rodean a la langosta en Baja California es que consumirla fuera de temporada implica pesca ilegal. Pues nada está más lejos de la realidad, ya que la captura está estrictamente regulada y las cooperativas locales cumplen con las cuotas y tiempos establecidos por la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca). Gracias a estas reglas, se ha logrado una explotación sustentable de la especie Panulirus interruptus, también conocida como langosta roja de California o langosta espinosa.

La técnica de conservación por congelación no solo permite cumplir con la ley, sino que mantiene la calidad del producto. Muchos restaurantes utilizan sistemas de congelación avanzada que respetan el sabor, la textura y los nutrientes de la carne. Así, cuando llega a tu mesa ese medio crustáceo con su característico tono naranja brillante, lo que estás probando sigue siendo un producto de alta calidad.
Además, no todo en Puerto Nuevo es langosta servida en plato tradicional, los tacos de langosta, quesadillas y hasta burritos de langosta forman parte del menú para quienes buscan algo más informal pero igual de sabroso.
Turismo y tradición: una cadena que no se rompe
Puerto Nuevo no sería lo que es sin su conexión con el turismo, pues desde los años 50, las familias pescadoras comenzaron a ofrecer langosta a los visitantes estadounidenses que cruzaban la frontera en busca de sol y mariscos frescos. Esa misma tradición culinaria se ha mantenido por generaciones, con restaurantes que hoy también funcionan como guardianes de la cultura gastronómica local.

El turismo gastronómico es uno de los motores más importantes en la región, y los visitantes llegan durante todo el año, no solo en temporada alta de pesca. Por eso, mantener un suministro constante del producto estrella es vital. Si en mayo o junio miles de personas llegan al pueblo con la idea de probar la famosa “Langosta estilo Puerto Nuevo”, los locales no se pueden dar el lujo de no tenerla disponible.
Y es ahí donde la cadena de valor se vuelve interesante, desde la captura legal durante la temporada, el almacenamiento adecuado, la preparación tradicional y la experiencia en los restaurantes, cada eslabón está diseñado para garantizar una experiencia auténtica y sostenible.
Pesca responsable para cada plato en Puerto Nuevo
La veda no es un capricho, es una estrategia para asegurar que las futuras generaciones también puedan disfrutar de la langosta. Dejar que la especie se reproduzca sin presiones humanas es clave para evitar la sobreexplotación. Y en Baja California, este modelo de pesca responsable no es exclusivo de la langosta.

Desde el Pacífico hasta el Golfo de California, Baja California ofrece una diversidad de productos del mar que son la base de su gastronomía, desde lenguado y atún, hasta mariscos como el callo de hacha y el camarón.

La experiencia de comer langosta en Puerto Nuevo, entonces, no solo se trata de lo que llega al plato. Es un reflejo de un sistema que combina tradición, economía local, turismo, sostenibilidad y sabor. Así que la próxima vez que alguien cuestione si es legal comer langosta en junio, ya sabrás que sí… siempre y cuando venga de una bodega bien abastecida, no de una trampa fuera de temporada.
Con información de San Diego Red y México Desconocido.