Las mujeres en la industria del vino en Baja California están redefiniendo el sector con el impulso de la vinificación con innovación y sostenibilidad.
Ricardo Amador/NORO
La industria del vino en México experimentó un notable cambio en las últimas décadas, y Baja California se ha convertido en un referente en el liderazgo femenino en la vinificación.
Si bien la producción vinícola ha sido tradicionalmente dominada por hombres, hoy en día muchas de las principales bodegas de la región están dirigidas por mujeres que han demostrado talento, disciplina y pasión por este arte.

El Valle de Guadalupe, epicentro de la vitivinicultura mexicana, ha sido testigo de la consolidación de una comunidad de enólogas que aportan una visión desde otro foco y sostenible a la producción de vino.
Según la Asociación Mexicana de Vitivinicultores, actualmente el 30% de las vinícolas en México están dirigidas por mujeres, lo que demuestra el impacto de su trabajo en esta industria.
Pioneras en la vinificación mexicana
Dentro de este grupo de mujeres visionarias en la industria del vino destaca Laura Zamora, quien fue la primera enóloga del país en dirigir una bodega de gran escala.
Con más de 48 años de trayectoria, Zamora se ha convertido en una figura icónica en el mundo del vino en Baja California.

Su carrera inició a los 17 años como técnica de laboratorio en la Bodega Santo Tomás, donde con el tiempo llegó a encabezar la producción enológica.
Otra de las mujeres que han marcado la industria del vino en Baja California es Eileen Gregory, copropietaria de Vena Cava. Ella ha sido clave en la gestión del viñedo y en la implementación de prácticas sustentables en la región.

Gregory ha trabajado en la organización de talleres de sostenibilidad para enólogos y ha impulsado proyectos educativos sobre agricultura regenerativa en escuelas locales.
Diversidad de historias de mujeres en la industria del vino
Kris Magnussen y María Cantarero representan la diversidad de trayectorias de las mujeres en la industria del vino en Baja California. Magnussen, originaria de San Diego, asumió la dirección de Lechuza Winery tras la muerte de su padre en 2017, enfrentando el desafío con el apoyo de la comunidad vitivinícola del Valle de Guadalupe.

Como madre soltera e inmigrante, trabaja por la sostenibilidad y el desarrollo regional con una visión a largo plazo.
Por otra parte, María Cantarero, quien llegó desde la Ciudad de México hace una década, lidera Clos de Los Tres Cantos junto a su esposo. Su enfoque en la vinificación se basa en el estudio minucioso del suelo y la implementación de prácticas agrícolas regenerativas, como la integración de humedales y especies nativas.

Aunque aún enfrenta estereotipos de género, su conocimiento y pasión han sido clave en la transformación del Valle.
El futuro de la vinificación en manos de mujeres
El auge de las enólogas en Baja California no solo ha traído innovación en la producción de vino, sino que también ha modificado las preferencias de consumo en el país.
Antes, los vinos tintos robustos eran los más populares; sin embargo, con la creciente participación femenina en el sector, los vinos blancos, rosados y espumosos han ganado protagonismo.

Las enólogas de Baja California continúan abriendo camino en un sector que cada vez reconoce más su talento y contribución. Su trabajo no solo eleva la calidad del vino mexicano, sino que también ha sentado las bases para una industria más equitativa y sostenible.
¿Ya visitaste alguno de los viñedos de estas mujeres?
Fuentes: México News Daily, Aconcagua, El Despertar, El Heraldo de Chihuahua