Sonora enfrenta un grave desafío en seguridad alimentaria, agravado en los últimos años y tras la pandemia, especialmente en las comunidades indígenas de la región

Daniela Valenzuela / NORO
Sonora ha enfrentado en los últimos años una serie de desafíos complejos que han afectado directamente a la población, siendo uno de los más destacados el problema de la seguridad alimentaria.
Este tema, que ya representaba un reto considerable en el estado, se ha intensificado en los últimos años, especialmente después de la pandemia de COVID-19, que alteró las cadenas de suministro, incrementó la pobreza y dificultó el acceso a alimentos nutritivos.

En particular, las comunidades indígenas de la región han experimentado un agravamiento en esta problemática, debido a factores como la marginación histórica y la falta de acceso adecuado a recursos.
Sin embargo, los problemas relacionados con la seguridad alimentaria no se limitan solo a aspectos económicos, sino que también están profundamente influenciados por el cambio climático.
Las alteraciones en los patrones climáticos, la sequía y las temperaturas extremas han impactado negativamente la producción agrícola, exacerbando la escasez de alimentos en muchas áreas del estado.
La seguridad alimentaria en Sonora se agrava ante nuevos desafíos

Desde 2024 hasta la fecha, Sonora ha enfrentado una serie de desafíos significativos en relación con la seguridad alimentaria.
La situación es especialmente grave en lo que respecta a la producción de granos, siendo el maíz uno de los más afectados.
A nivel nacional, la producción de maíz ha sufrido un impacto considerable, y en Sonora la situación no ha sido diferente. Durante el primer semestre de 2024, la producción de maíz se redujo en un 60%, lo que ha puesto en peligro la disponibilidad de este alimento básico para la población.

Este declive en la producción de maíz está relacionado directamente con la falta de agua, un factor crítico que ha empeorado debido a la sequía extrema que afecta al estado.
Las condiciones climáticas adversas han prolongado el desabasto de alimentos, creando un panorama complicado, especialmente en las comunidades rurales y en las zonas más vulnerables de Sonora.

Este desabasto, sumado al alza en los precios de la canasta básica, ha hecho que la seguridad alimentaria se convierta en un reto aún más complejo de enfrentar.
Además, otro factor que agrava la situación es la falta de conciencia en la comunidad sobre la importancia de una dieta balanceada y la selección adecuada de alimentos.
La educación sobre nutrición y la planificación adecuada de la alimentación se han visto rezagadas, lo que, combinado con el aumento de los costos de los alimentos, ha incrementado la inseguridad alimentaria en muchas familias sonorenses.
La inseguridad alimentaria en la población indigena de México

En Sonora, la población indígena es considerada uno de los grupos más vulnerables, debido a factores como un menor nivel socioeconómico, educativo y limitado acceso a servicios de salud.
Estas condiciones han contribuido a agravar diversos problemas de bienestar en las comunidades indígenas, especialmente entre los pueblos Pima, Seri y Yaqui.
Un aspecto crucial en esta situación es su dieta, que se ha convertido en un factor importante en la inseguridad alimentaria. La alimentación de estas comunidades está predominantemente basada en tortillas de harina de trigo, un alimento esencial pero carente de los nutrientes necesarios para una dieta balanceada.

Esta dependencia de un solo tipo de alimento ha generado graves consecuencias para la salud, llevando a un aumento notable de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2.
Según la Unidad de Investigación en Diabetes del CIAD, esta patología ha adquirido una mayor prevalencia en las comunidades indígenas de Sonora, lo que refleja un patrón preocupante de enfermedades relacionadas con la nutrición y el estilo de vida.
La falta de variedad en la dieta y el acceso limitado a alimentos más nutritivos están contribuyendo al crecimiento de estas enfermedades, lo que resalta la urgente necesidad de promover una alimentación más saludable y sostenible en estas comunidades.
Con información de Hermosillo como vamos, Banco de Alimentos de Hermosillo, y CIAD.










