Conocido también como depresión estacional, este trastorno afecta el sueño, la alimentación y el estado de ánimo
Cuando disminuye la temperatura y los días se vuelven más cortos, algunas personas enfrentan cambios emocionales que podrían deberse al trastorno afectivo estacional. El TAE, por sus siglas, es también conocido como depresión estacional, y se trata de un tipo de trastorno depresivo caracterizado por seguir un patrón ligado al cambio de las estaciones.
El trastorno afectivo estacional puede suceder en cualquier estación, sin embargo, el más frecuente se da después de la llegada del otoño e invierno. Por esta razón, también se le conoce como depresión de invierno o winter blues, un concepto estadounidense. El TAE no debe tomarse como solo un malestar que surge tras el cambio al clima frío, que puede desencadenar otros malestares fisiológicos, como alergias o gripe.
Este trastorno puede producir síntomas depresivos serios. Desesperanza, retraimiento social y falta de energía son algunos de los signos del TAE de invierno. También se presentan cambios en la alimentación, con tendencia a consumir alimentos con carbohidratos simples, como pan, pastas y azúcar. A su vez, este tipo de comida incrementa la probabilidad de que aumente la fatiga, las ganas de dormir e incluso el peso.
Por otra parte, la ansiedad, la irritabilidad, la disminución del apetito y el insomnio son más comunes en el TAE de primavera o verano.
¿Cómo saber si tengo un trastorno afectivo estacional?
Para que el trastorno afectivo estacional sea considerado como tal, se tienen que presentar síntomas en estaciones concretas por al menos dos años seguidos. Esta es la forma de diferenciar si se trata de un TAE, caracterizado por tener una sintomatología similar a la de depresiones severas, o solo de un caso de apatía.
El diagnóstico de un trastorno afectivo estacional, al igual que cualquier problema de salud mental, debe realizarse por un experto, como un psicólogo o psiquiatra. El tiempo adecuado para hacer una evaluación psicológica es aproximadamente después de dos semanas de presentar síntomas recurrentes.
Se podría necesitar una exploración física previa para revisar si existe alguna causa específica. Además, se debe descartar que los síntomas sean producto de factores hormonales o neuroquímicos. Para esto puede solicitarse un análisis de sangre completo.
Los médicos también podrán hacer un cuestionario para determinar el estado de ánimo y también para buscar un patrón estacional. Esto descarta que se trate de otro tipo de trastorno del estado de ánimo.
Causas de un trastorno depresivo estacional
El TAE es más común en personas entre los 20 y 35 años de edad. Además, tiene una incidencia mayor en mujeres que en hombres. Expertos estiman que la prevalencia de los trastornos afectivos estacionales se sitúa entre el 1 y el 10% de la población, siendo más comunes en países del hemisferio norte, caracterizados por climas fríos extremos, como Canadá, Finlandia, Suecia o Noruega.
La prevalencia en países fríos, donde el sol puede aparecer solo unas horas al día en invierno, han llevado a la conclusión de que la falta de luz solar es uno de los motivos principales para padecer un TAE.
La falta de exposición a los rayos del sol se relaciona directamente con una alteración del ritmo circadiano, que es el que nos dice cuándo es de día o de noche; la sensibilidad retiniana a la luz, el metabolismo anormal de la melatonina y una menor secreción de serotonina. Todo esto necesario para tener una salud óptima.
En el caso de la melatonina, cuando se trata de un TAE de invierno, esta puede presentarse en exceso y provocar somnolencia prolongada, esto debido a que el cerebro interpreta que la hora de dormir llega antes. Según el National Institute of Mental Health en Estados Unidos, esto se relaciona con los cambios en el sueño, los estados de ánimo y el comportamiento.
Por otra parte, al ser menor la exposición al sol también puede presentarse un déficit de vitamina D, la encargada de sintetizar la fotoexposición solar a través de la piel. Al bajar los niveles de vitamina D, se dificulta la generación de la serotonina u hormona de la felicidad, debido a que requiere esta vitamina para funcionar.
¿Qué hacer para prevenir un TAE o acelerar la recuperación?
Hay algunas recomendaciones para prevenir el trastorno afectivo estacional, sugerencias que incluso emiten los profesionales de la salud. Lo primordial es llevar una dieta sana, descansar y establecer una rutina.
Se puede aumentar en la dieta aquellos alimentos con un alto contenido en triptófano, como la avena, papas, soya, avellanas, pollo, quesos, yemas de huevo y atún. Estos potencian la fabricación de melatonina en el organismo y pueden ayudar en caso de padecer problemas de sueño.
Mantener una rutina de ejercicio y retomar la vida social, especialmente fuera de casa y durante el día, son otras de las sugerencias para conservar un buen estado de ánimo en cualquier estación. También se recomienda utilizar un simulador del amanecer, el cual gradualmente enciende la luz de la habitación, engañando al cuerpo para que piense que amaneció de forma regular.
¿A ti se te baja el ánimo durante la época de frío?