Bloodlust Wine Bar: un proyecto que fusiona arte y gastronomía

Bloodlust Wine Bar: un espacio único en Valle de Guadalupe

Inspirado en las gotas de vino, Bloodlust Wine Bar ubicado en el Valle de Guadalupe, en Baja California, ha llamado la atención internacional por su arquitectura amorfa 

En el noroeste hay espacios que atraen no solo por sus servicios, sino por el ambiente que han sido capaces de crear a partir de ideas creativas de arquitectura e interiorismo. Un ejemplo es Bloodlust Wine Bar, ubicado en el corazón del Valle de Guadalupe, en Baja California.

Vino, una cocina regional con toques franceses y  una propuesta musical alternativa, podría ser algo que ofrezca cualquier bar, nada nuevo si se define sólo con eso. Sin embargo, el noroeste está lleno de espacios que atraen por más que solo sus servicios, sino por el ambiente que han sido capaces de crear a partir de ideas creativas de arquitectura e interiorismo, un ejemplo es Bloodlust Wine Bar, ubicado en el corazón del Valle de Guadalupe.

Bloodlust Wine Bar inició sus operaciones en verano de 2022 bajo la idea de Poncho Muriedas, Yuri Murieda y Juliette Cheanne, quien dirige Las Parlantes, a cargo del desarrollo conceptual, arquitectura y diseño de interiores, entre otros aspectos importantes que le dan una identidad única a este lugar en la región de Ensenada. 

El espacio arquitectónico y sus estructuras nacieron de las visiones del ilustrador psicodélico y surrealista Jaime Zuverza, cuyas imágenes fueron proyectadas a lo físico, vía la técnica vernácula y orgánica del ferrocemento. El método de construcción era poco conocido en la región, por lo que se invitó a un grupo de artesanos originarios de Veracruz, quienes contaban con experiencia en la edificación de composiciones similares, como “La Casa de los Milagros” de Danilo Veras Godoy. Florentino Hernández, Heriberto Aguilar, Leobargo Hernández, Juan Zapata, Gabriel Pedra y Jaime Medina fueron los constructores. 

Para el ojo común, el Bloodlust Wine Bar  podría ser un ajo gigante en medio del Valle de Guadalupe, pero no es así, al estar ubicado en la región vinícola, el Bloodlust Wine Bar está inspirado en la idea de una gota de vino mientras cae, o sea una deposición. Al ser un terreno plano, la distribución de los espacios se divide por secciones; un domo principal, oficina y almacén, un área exterior con escenario, una cocina interior y exterior, está segunda con asadores, comales y más áreas adecuadas para su correcta operación. 
Crédito: Lily López

Para el ojo común, el Bloodlust Wine Bar  podría ser un ajo gigante en medio del Valle de Guadalupe, pero no es así. Al estar ubicado en la región vinícola, el Bloodlust Wine Bar está inspirado en la idea de una gota de vino mientras cae, o sea una deposición. Al ser un terreno plano, la distribución de los espacios se divide por secciones: un domo principal, oficina y almacén, un área exterior con escenario, una cocina interior y exterior, está segunda con asadores, comales y más áreas adecuadas para su correcta operación. 

El conjunto de Bloodlust Wine Bar no es solo otro proyecto que se suma al creciente número de establecimientos en el Valle de Guadalupe. En cambio, su enfoque se centra en la convergencia de alternativas gastronómicas locales con disciplinas creativas como la música, el arte y la arquitectura, ofreciendo así una experiencia única para los visitantes que recorre todos los sentidos. 

La propuesta de Bloodlust Wine Bar más allá de la arquitectura 

El diseño y una identidad que las nuevas generaciones podrían reducir al simple concepto de “aesthetic”, el Bloodlust Wine Bar se diferencia también al ser un bar de vinos, no una de las más de 150 bodegas sembradas a lo largo y ancho del Valle de Guadalupe. El bar ofrece una opción de más de 60 etiquetas de vino de Baja California, por botella y copa, además de la coctelería de la casa, bebidas artesanales y cafetería. 

Bloodlust también ofrece una cocina liderada por Alex Burgos y Miguel Gálvez, que al igual que muchos de los restaurantes que se encuentran en la región, tienen la misión de respetar el ambiente y los productos que se elaboran en el estado, enfocados en la frescura y las temporadas: “Nos mueve la nostalgia de lo que alguna vez fue la cocina de Baja antes del boom”, expresa el mismo restaurante. 

En la cocina encuentras opciones desde 150 pesos tanto para entradas reconfortantes como el hummus y copas de vino por ese mismo precio. Bajo el concepto más amplio de bar, solo hay una docena de opciones para comer incluyendo la repostería que es helado artesanal y un bizcocho preparado con aceite de oliva y queso producidos en la región. 

¿Te gustaría visitar esta gota de vino en Baja California? 

Fuente: ArchDaily, Mundo BRG Magazine, Please the Palate. 

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