Una tradición mexicana que tiene al menos tres versiones en Durango: las callejoneadas como recorridos turísticos en compañía de una estudiantina, las callejoneadas de las fiestas patronales, y las callejoneadas sin callejón ni caminata de todos los domingos en el Teatro del Calvario en la capital del estado
Aunque su nombre así lo diga, las callejoneadas de Durango no son en callejones, como en Guanajuato, sino por las calles del centro o las colonias.
Como recorridos turísticos se inspiran en la tradición de los músicos trovadores agrupados en estudiantinas, que tocan canciones españolas, mexicanas, románticas y hasta éxitos del momento.
Mientras que las callejoneadas de las fiestas patronales varían dependiendo del calendario de santos en cada municipio, las que se celebran en la capital del estado se vienen celebrando desde hace 30 años en el Teatro del Calvario como un espectáculo que combina lo mejor de las artes escénicas y el folclor mexicano.
En la ciudad de Durango regresan este año para el Festival Cultural Revueltas (FCR).
Callejoneadas sin callejón ni caminata
Desde hace 30 años la cita es todos los domingos en el Teatro del Calvario para disfrutar de las actividades artísticas y culturales que incluyen música, baile y teatro para toda la familia.
Varias generaciones de duranguenses han sido testigos del crecimiento y la consagración de artistas locales como el propio Lorenzo de Monteclaro, con más de 55 años de trayectoria, considerado una leyenda viva de la música norteña.

El actual gobernador de Durango, Esteban Villegas Villarreal, antes alcalde de la ciudad, comenzó su carrera política en esas callejoneadas, a las que asistió por más de 15 años.
Las fiestas patronales, otra forma de callejoneadas
Desde el año pasado volvieron estos eventos para las fiestas patronales que se habían suspendido debido a la pandemia. En Santiago Papasquiaro son en julio, en Nombre de Dios en septiembre y en la comunidad de Lucas de Ocampo, en San Juan del Río, son el 17 de octubre, por mencionar algunos ejemplos.
La actividad consiste en un recorrido de los vecinos de cada comunidad que festeja su santo, en el que la gente sale a bailar, a beber y a escuchar la música del tamborazo, un conjunto de músicos vestidos con sombreros gigantes, con trajes de la revolución o semejando a indígenas.

La gente de los pueblos asiste en familia, bailando en fila, en grupo o en pareja en una procesión presidida por una carreta que va jalando un burrito para recordar las costumbres que todavía se usan en muchos lugares de México.
Fuentes: Callejoneadas, El Siglo de Durango, Durango Más