Los Juegos Olímpicos son conocidos por sus símbolos y tradiciones, y una de las más queridas es la de las mascotas olímpicas.
Grecia Bojórquez/ NORO
Aunque la primera mascota oficial apareció en 1972, los Juegos Olímpicos de México 1968 dieron un paso pionero con la creación de una mascota no oficial: el Jaguar Rojo.

Esta figura icónica, aunque no reconocida oficialmente, sentó las bases para las futuras mascotas de los Juegos Olímpicos.
Origen del Jaguar Rojo en los Juegos Olímpicos de 1968
En los Juegos Olímpicos de 1968 en la Ciudad de México, los organizadores buscaban crear una identidad única para el evento. Aunque no se reconoció oficialmente por el Comité Olímpico Internacional (COI), se introdujo la figura del Jaguar Rojo.

Esta representación no era una mascota en el sentido moderno, pero sirvió como un símbolo distintivo de los Juegos. El jaguar, un animal importante en la cultura mesoamericana, fue elegido para destacar la riqueza cultural de México.
Características del Jaguar Rojo
Durante la preparación de los Juegos Olímpicos de México 1968, se concibió la idea de una mascota que representara la identidad cultural del país. Así nació el Jaguar Rojo, una figura inspirada en el trono-jaguar de la cultura maya.

Este símbolo, caracterizado por su color rojo con manchas verdes de jade y una cinta al cuello adornada con un pin de los cinco anillos olímpicos, buscaba capturar la esencia del evento.
Además del jaguar, otra figura importante de los Juegos de 1968 fue la paloma de la paz, diseñada por Lance Wyman y Eduardo Terrazas. Aunque ambas figuras fueron emblemáticas, ninguna fue reconocida como mascota oficial por el COI.
La importancia del Jaguar Rojo para los Juegos Olímpicos
A pesar de no haber sido una mascota oficial, el Jaguar Rojo tuvo un impacto valioso para la historia del deporte. La idea de una figura simbólica para los Juegos Olímpicos resonó, por lo que fue retomada en futuras ediciones.

Así, la primera mascota oficial apareció en los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972, con la introducción de Waldi, un perro salchicha. Desde entonces, cada edición de los Juegos ha presentado su propia mascota, convirtiéndose en una tradición que combina el simbolismo cultural del país anfitrión con el espíritu olímpico.

Lista de las mascotas olímpicas de verano
A lo largo de las décadas, las mascotas olímpicas han variado en estilo y concepto, desde animales simbólicos hasta figuras abstractas. Aquí presentamos un recorrido por algunas de las más destacadas:
- México 1968 – Jaguar Rojo (No oficial): Figura representativa de la herencia cultural mexicana.
- Múnich 1972 – Waldi: Perro salchicha que simboliza la resistencia y tenacidad bávaras.
- Montreal 1976 – Amik: Un castor, símbolo de la laboriosidad canadiense.
- Moscú 1980 – Misha: Un oso pardo que se convirtió en un icono del folclore ruso.
- Los Ángeles 1984 – Sam: Un águila calva, símbolo del patriotismo estadounidense.
- Seúl 1988 – Hodori: Un tigre coreano que representa la hospitalidad y alegría.
- Barcelona 1992 – Cobi: Un perro de los Pirineos con un diseño cubista.
- Atlanta 1996 – Izzy: Una figura abstracta y tecnológica, reflejo de la era digital.
- Sídney 2000 – Syd, Olly y Millie: Un ornitorrinco, una cucaburra y un equidna, respectivamente, que simbolizan los elementos naturales de Australia.
- Atenas 2004 – Atenea y Febo: Dos figuras inspiradas en los dioses griegos.
- Pekín 2008 – Beibei, Jingjing, Huanhuan, Yingying y Nini: Cinco figuras que representan los elementos naturales y la diversidad cultural china.
- Londres 2012 – Wenlock: Figura metálica inspirada en los Juegos de Much Wenlock, precursores de los Juegos Olímpicos modernos.
- Río 2016 – Vinicius y Tom: Representaciones de la fauna y flora brasileñas.
- Tokio 2020 – Miraitowa y Someity: Dos figuras robóticas que combinan la tradición y modernidad japonesa.
- París 2024 – Phryge: Un gorro frigio que simboliza la libertad y la revolución, con un diseño que refleja los valores de la modernidad y la inclusión.