Los Juegos Olímpicos de París 2024 enfrentan el reto de ser sostenibles en medio de la crisis climática. Con un objetivo de reducir a la mitad su huella de carbono, París aplicará el enfoque ARO (evitar, reducir, compensar), usando materiales ecológicos y reutilizando infraestructuras.
Los Juegos Olímpicos de París 2024 se presentan como un evento monumental en muchos aspectos, no solo por la magnitud de la competencia, sino también por el compromiso con la sostenibilidad en un contexto de crisis climática global.

A diferencia de ediciones anteriores, esta tiene la meta de reducir su huella de carbono a la mitad, en un esfuerzo por mitigar los impactos negativos del evento sobre el medio ambiente.
Los Juegos Olímpicos son conocidos por su capacidad para atraer la atención mundial, pero también son una fuente significativa de emisiones de gases de efecto invernadero.
Según el coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM, Francisco Estrada Porrúa, las Olimpiadas pueden generar entre 3.2 y 3.5 millones de toneladas de CO2, un volumen que incide notablemente en el clima. Con esta preocupación en mente, París 2024 se comprometió a implementar medidas que no solo reduzcan sus emisiones, sino que también promuevan un legado ambiental positivo.

El plan de París 2024 para minimizar el impacto ambiental
El enfoque de los organizadores de París 2024 para abordar el desafío climático se basa en el enfoque ARO (Avoid, Reduce, Offset), que implica evitar, reducir y compensar las emisiones de carbono.
Además, se añadieron dos etapas adicionales: prever las emisiones y movilizar acciones para aprovechar el atractivo del evento en la promoción de prácticas sostenibles. Esta estrategia busca no solo cumplir con los objetivos de reducción, sino también servir como modelo para futuros eventos deportivos.

Adriana Lira Oliver, coordinadora del Laboratorio de Entornos Sostenibles de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, resalta que esta edición de los Juegos Olímpicos pone en evidencia la necesidad de reducir la generación de CO2 a través de un diseño urbano y arquitectónico consciente.
Las edificaciones son responsables de una gran parte de la demanda energética, y París 2024 está apostando por la utilización de materiales más sostenibles, como la madera, y la reutilización de estructuras existentes. Este enfoque no solo minimiza el impacto ambiental, sino que también demuestra que es posible organizar eventos de gran envergadura con un menor costo ecológico.
De la teoría a la práctica
Entre las iniciativas destacadas se encuentra el uso de madera en lugar de cemento, que puede reducir las emisiones de CO2 hasta en un 90%. Además, se está fomentando la reutilización del 95% de las infraestructuras existentes y la construcción de estructuras temporales para el restante 5%.
Estas medidas son un ejemplo de cómo se puede combinar la sostenibilidad con la funcionalidad en la organización de grandes eventos.

Otro aspecto importante es la integración de la vegetación en el diseño urbano, que no solo proporciona sombra, sino que también ayuda a regular la temperatura y mejorar el confort en los espacios públicos.
La incorporación de áreas verdes y el uso de tecnologías que promuevan la ventilación natural son estrategias que contribuyen a reducir la necesidad de aire acondicionado y, por ende, las emisiones asociadas con su uso.
París 2024 dejará un legado de sostenibilidad
Más allá de los aspectos técnicos y logísticos, los Juegos Olímpicos de París 2024 están dejando un legado en términos de políticas públicas sostenibles. El Fondo Dotación Paris 2024, creado con una inversión inicial de $47 millones de euros, busca apoyar proyectos de innovación social y ambiental en Francia.
Este fondo es un ejemplo de cómo los eventos deportivos pueden servir como catalizadores para el desarrollo de soluciones sostenibles y para promover la transición hacia economías más verdes.

Además, la subdisciplina de la «ecología del deporte» está emergiendo como un campo relevante para estudiar los impactos del cambio climático en el desempeño físico y en la organización de eventos deportivos.
Francisco Estrada Porrúa sugiere que, con base en las experiencias de París 2024, podría ser beneficioso explorar cómo las condiciones climáticas extremas afectan tanto a atletas como a espectadores, y cómo estos impactos pueden ser mitigados en el futuro.
¿Crees que París 2024 logre reducir la huella de carbono de ediciones anteriores?
Fuentes: Gaceta UNAM, Reporte Indigo, Infobae