Llamado también cholulo, chulo o solitario, el coatí pertenece a la familia de los mapaches y es común encontrarlo en Sonora
Los mapaches son animales que quizás no se asocian mucho con el desierto sonorense, al ser mamíferos que prefieren los climas fríos y bosques. Sin embargo, hay muchos y se les conoce como “mapaches norteños”, y son importantes dispersores de semillas. Pero también hay un mapache, un poco distinto, que ha sido visto más de una vez en el estado, se trata del coatí, un animal que se presenta con más timidez en esta región que en otros lugares de México.
Su nombre científico es Nasua narica, pero en Sonora se les conoce como cholulos, chulos o solitarios. Por otra parte, en algunas regiones de México y otros países también se les llama cusumbos, cusumbosolos, cuchuchos, guaches, gatos solos, mípalos, pizotes, antón o tejón mexicano. Pueden habitar desde el sur de Estados Unidos hasta Argentina pero los países donde más se les ha visto es en Belice, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
En México, el coatí se encuentra distribuido en diversas regiones, incluyendo los estados de Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, entre otros. Es considerada una especie muy adaptable, pues se acopla a una gran variedad de hábitats, desde bosques tropicales y selvas, hasta zonas urbanas.
Los coatíes son animales sociables y suelen vivir en grupos de hasta 20 individuos. Además, son omnívoros y se alimentan de una amplia variedad de alimentos, incluyendo frutas, insectos, pequeños animales y carroña. Cuentan con un olfato grandioso que les permite rastrear su alimento, detectar a los depredadores y guiarse en su día a día.
El coatí también disfruta de la música norteña
El coatí ha sido visto en lugares como Guaymas. Hace unos años un fotógrafo lo captó arriba de un árbol de nacapule buscando higos y este invierno, uno de estos animalitos bajó hasta una cabaña en Villa Alpina en Cananea, guiado por el sonido de la música y quizás los olores de una carne asada en medio de las nevadas de la sierra.
Aunque son animales inofensivos y no están en peligro de extinción, se recomienda no alimentarlos, pues en regiones como la Riviera Maya se ha visto que grupos presentan conductas de apego y esto puede llegar a ser contraproducente para el propio bienestar de los coatíes.
Reconocer a un coatí es sencillo. Tienen un cuerpo delgado y alargado, patas cortas pero con garras muy fuertes, y un hocico alargado y muy puntiagudo. También tienen una cola larga y flexible que utilizan para mantener el equilibrio mientras trepan árboles y buscan alimento. Su pelaje es marrón rojizo con una máscara negra alrededor de los ojos y una cola anillada.
Los coatíes son animales diurnos y muy activos, pasan gran parte del día explorando su territorio y buscando alimento. Son conocidos por ser muy curiosos y pueden ser bastante audaces al acercarse a los humanos.
¿Te ha tocado ver a algún coatí en la región?
Fuente: El Sol de Hermosillo, Oasis Hotels & Resorts, Proyecte Puente.
