Aunque continuará el desabasto de chips se espera que a mediados del año los semiconductores lleguen con normalidad a las plantas
Desde 2021 se reportó que la falta de chips o semiconductores para automóviles y eléctricos estaba afectando la producción en distintos estados del país. Entre los motivos estaba la pandemia; sin embargo, otros sectores se empezaron a reponer de los estragos económicos que ocasionó la crisis sanitaria, mientras que los productores de autos han seguido bajo el castigo de los fabricantes de semiconductores que han priorizado a mercados que les generan mayor rentabilidad.
Según la consultora IHS Markit, un vehículo promedio tiene cerca de 1 600 semiconductores, pero son más grandes y poco menos sofisticados que los que utilizan los teléfonos inteligentes y computadoras, razón por la cual cuando la demanda de estos productos aumentó durante el confinamiento y el aumento de trabajos remotos, fabricantes como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), enfocaron las capacidades en la producción de chips para dispositivos móviles, entre otros.
Antes de la pandemia, TSMC era proveedor del 80% de los semiconductores que otras empresas del giro automotriz utilizaban para fabricar los chips que van en sus motores, pantallas, puertas y neumáticos. Sin embargo, cuando la empresa los dejó en segundo término, se desencadenó una crisis que no se resolvió en 2022 y que se espera continuará por lo menos en los primeros seis meses de 2023.
Se espera el impulso de otras empresas como Intel, quien instaló plantas en lugares como Arizona para recuperar el liderazgo para el 2025, para que el desabasto disminuya. Otra de las empresas que anunció que empezaría a producir sus propios chips fue Hyundai, esto con el objetivo de reducir su dependencia de proveedores externos.
El sector continuará bajo la meta ante escasez de chips en 2023
Se espera que durante 2023 el inventario de nuevos modelos en los pisos de venta de las distintas marcas de automóviles, a excepción quizás de las chinas, continuará limitado con precios altos y listas de esperas para los compradores. Sin embargo, se espera que ya no se presenten paros técnicos y continúe creciendo la producción.
Durante este 2022 la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) informó que durante el periodo de enero a agosto se produjeron 2,238,153 de vehículos ligeros, mismos que representaron un incremento de 7.85 por ciento con relación al mismo periodo de 2021. Además, cabe mencionar que en agosto se produjeron en el país 316,815 unidades, logrando un aumento de 31.36 por ciento sobre el mismo mes del año anterior, que tuvo una producción de 241,178 vehículos.
También en el mismo periodo de 2022, las exportaciones aumentaron 2.43 por ciento, al llegar a 1,863,469 unidades, que significó un aumento de 44,124 vehículos con respecto a los 1,819,345 vehículos vendidos en 2021. Por otra parte, las ventas en el mercado interno también aumentaron al cierre de agosto con 91,124 unidades, lo que representó un aumento de 16.5 por ciento de aumento.
Aún con todo esto la meta de producir 5 millones de vehículos al año se ve lejos debido al suministro de chips. Entre las más de 20 plantas armadoras que operan en México, hay algunas que ya lograron recuperar sus volúmenes de producción, la china JAC y la alemana BMW, que registraron crecimientos de triple dígito, aunque sus directivos mantienen pronósticos reservados para 2023.
“Este año se vio realmente afectado por la escasez de semiconductores y seguirá siendo un problema. Tuvimos que reducir la producción en la primera mitad de este año y en los últimos seis meses pudimos estabilizar el suministro con un conjunto intensivo de medidas”, informó Harald Gottsche, presidente y CEO de la planta de San Luis Potosí de BMW Group a Expansión.
Fuente: Expansión, El Sol de México, Modern Machine Shop.
