El Árbol de Navidad Choyero es una tradición única de Baja California Sur. Hecho del quiote, flor del agave mezcalillo, refleja la creatividad y conexión con el desierto del noro.
Ricardo Amador/NORO
En Baja California Sur, las festividades decembrinas adquieren un toque singular que refleja la creatividad y adaptación de sus habitantes al entorno árido al que los acostumbra el desierto del noroeste de México.

Una de las tradiciones de Baja California Sur más emblemáticas es la decoración del árbol de navidad choyero, el cual es un árbol de quiote; esta es una práctica que ha perdurado a lo largo del tiempo y que constituye un ejemplo claro de la fusión entre la naturaleza del desierto y las celebraciones navideñas.
El quiote, estructura floral del mezcalillo, se caracteriza por su esbeltez y forma cónica, lo que lo convierte en un sustituto perfecto para el tradicional pino navideño.
Su uso como árbol de navidad comenzó en comunidades rurales de la península, donde las familias lo adornaban con esferas, serpentinas y otros elementos para darle vida a las festividades.
El auge del quiote en la década de los 90
Fue en los años noventa cuando esta costumbre alcanzó su mayor popularidad. Las familias sudcalifornianas salían juntas al monte en busca del quiote ideal, asegurándose de elegir ejemplares secos para evitar daños al ecosistema.

Este ritual no solo fortalecía los lazos familiares, sino que también conectaba a las personas con la flora local, destacando la importancia de preservar el patrimonio natural de la región.
Sin embargo, la práctica también tuvo un impacto negativo en la conservación del quiote. La tala indiscriminada de ejemplares verdes, que impide la reproducción del mezcalillo, generó un desequilibrio en el entorno. Esto, sumado a la llegada de árboles artificiales y comerciales, redujo la frecuencia de esta tradición.
Creatividad y sostenibilidad en la decoración del árbol de navidad choyero
La decoración del árbol de navidad choyero es sencilla y estética. Debido a la fragilidad y escasez de ramas del quiote, las familias optan por adornos ligeros, como esferas pequeñas, luces discretas y lazos.
Algunos eligen pintarlo para darle un toque moderno, mientras que otros prefieren mantener su color natural, resaltando la belleza de su origen desértico.

En la actualidad, quienes continúan esta práctica lo hacen con una mayor conciencia ambiental, asegurándose de recolectar solo quiotes secos y contribuyendo a la propagación del mezcalillo.
Esta perspectiva sostenible permite que la tradición sobreviva como un legado cultural que combina modernidad con identidad ancestral.
Un símbolo de identidad sudcaliforniana
Más allá de ser un elemento decorativo, el árbol de quiote simboliza la capacidad de los sudcalifornianos para adaptar las tradiciones globales a su realidad local. En municipios como Los Cabos, esta costumbre sigue viva, especialmente en comunidades rurales donde la conexión con el desierto es parte esencial de su identidad cultural.
El árbol de navidad choyero no solo decora los hogares, sino que también narra una historia de ingenio y resiliencia, recordando a las nuevas generaciones la importancia de respetar y preservar el entorno natural.

De esta manera, Baja California Sur reafirma su compromiso con la tradición, al mismo tiempo que adopta prácticas responsables que aseguren su continuidad.
En una época donde las celebraciones suelen estar marcadas por el consumismo, el árbol de navidad choyero representa un regreso a las raíces, celebrando la sencillez, el valor de la familia y la conexión con la tierra.

Este árbol de navidad choyero, único en su tipo, es un testimonio de cómo las tradiciones locales pueden trascender el tiempo y adaptarse a las nuevas circunstancias, sin perder su esencia original.
¿Ya te tocó ver un árbol de navidad choyero?
Fuentes: Tribuna de México, Sudcalifornios