El exdirector de Musas, Rubén Matiella, abrió su biblioteca privada para académicos e investigadores de la historia sonorense
Rubén Matiella recuerda que antes de tener seis años, él ya sentía amor por los libros. Este fue inculcado por su familia, a pesar de no contar con una biblioteca pública en Magdalena, su ciudad de origen. Con los años, la colección de libros de la familia creció. Hoy, elex director del Museo de Arte Sonorense (Musas) tiene una biblioteca completa para compartir.
La Biblioteca del Septentrión no es un acervo cualquiera. Es una colección de más de 2 mil libros que hablan sobre el noroeste de México cuando a la región se le conocía como septentrión novohispano. Por esta razón la llamó Biblioteca del Septentrión. Así, gran parte de los libros cuenta la historia e identidad de Sonora.
La Biblioteca del Septentrión, ubicada en la casa de Matiella, está disponible para investigadores, académicos y estudiantes avanzados. Cabe mencionar que, el objetivo de este lugar, que lleva mucho tiempo gestándose, es que la colección sirva para impulsar proyectos culturales.
Esto encuentras en la Biblioteca del Septentrión
La Biblioteca del Septentrión tiene información específica y única en algunos casos. Esto según el propio Rubén Matiella, por la naturaleza de los libros, habiendo incluso algunos en latín. La edición más vieja es del año 1555. También hay libros de los siglos XVII, XVIII y XIX. Además, se encuentran ediciones con temas religiosos y tratados de filosofía de la época de la colonización.
Según contaron Matiella y Josué Barrera, colaborador de la Biblioteca del Septentrión, a medios de comunicación de Sonora, en la biblioteca se encuentran libros muy interesantes, como uno de Sor Juana Inés de la Cruz de principios de 1700. Creen que se trata de alguna edición que pudo ser revisada por la escritora novohispana, pues aún vivía en esos años.
“Lo que nosotros queremos es que sea más que una acumulación de objetos bellos, de libros; que sea más que una biblioteca cerrada que, en el transcurso del tiempo, pues no va a tener mayor utilidad que el entretenimiento esporádico de quien la consulte dentro de la familia. Entonces pretendemos abrirla. Hay algunas cosas interesantes, creo que hay algunas piezas únicas, lo que le da este atractivo”, comentó Rubén Matiella.
De igual manera, se tiene la intención de enriquecer a otras bibliotecas públicas del estado. Julio Perea, colaborador de la biblioteca y encargado del registro de los libros, es quien ha contabilizado gran parte del acervo y hecho la labor de registrar palabras clave para que sean más fáciles de consultar por los visitantes.
¿Te imaginas si más familias compartieran sus colecciones de libros?