Entre las principales diferencias, los matachines celebran la devoción con danzas, mientras que los fariseos recorren las calles en un viaje de penitencia.
Nancy Valenzuela / NORO
Cada año, con la llegada de la Cuaresma y la Semana Santa, las calles de Sonora y Sinaloa se llenan de danzantes con coloridos atuendos y máscaras enigmáticas con las que buscan celebrar sus tradiciones.
Sin embargo, es común que se confunda a dos personajes fundamentales de estas festividades: los matachines y los fariseos. Aunque ambos forman parte de la tradición de los pueblos yoreme-mayo y yaqui, sus significados y funciones son distintos dentro del calendario religioso.

Matachines, los danzantes devotos a la Virgen de Guadalupe
Los matachines son grupos de danzantes que participan en celebraciones religiosas, especialmente en honor a la Virgen de Guadalupe y otros santos. Su danza es una expresión de fe, una forma de oración en movimiento que combina elementos indígenas y católicos.
Vestidos con trajes adornados con cintas de colores y penachos, los matachines realizan coreografías acompañadas por la música de tambores y sonajas. Sus danzas no están relacionadas con la Cuaresma, sino con festividades religiosas que se celebran en distintas épocas del año.

Fariseos, o judíos, representantes de la comunidad yaqui
Por otro lado, los fariseos, también llamados «judíos» en algunas regiones, son los personajes centrales de la Cuaresma y la Semana Santa entre los pueblos mayos y yaquis. Su presencia en las calles tiene un significado profundamente espiritual y simbólico, pues representan a los opositores de Cristo en su camino hacia la crucifixión.
Esta tradición tiene sus raíces en la época colonial, cuando los jesuitas introdujeron dramatizaciones de la Pasión de Cristo como una herramienta de evangelización. Los pueblos indígenas adoptaron estas representaciones y las fusionaron con sus propias prácticas culturales, dando origen a la figura del fariseo.

Los fariseos recorren las comunidades desde el Miércoles de Ceniza hasta el Sábado de Gloria, danzando con máscaras y portando tenábaris (capullos de mariposa secos que producen un sonido característico al moverse). Durante este tiempo, piden limosna para financiar la celebración de la Semana Santa, en un acto que simboliza su penitencia y preparación espiritual.
Ambos personajes reflejan la rica herencia cultural del noroeste de México, donde las tradiciones indígenas y la influencia católica se han entrelazado a lo largo de los siglos. Los matachines y los fariseos no solo son expresiones de fe, sino también manifestaciones vivas de la identidad de los pueblos yoreme-mayo y yaqui.
Con información de Debate, México Desconocido y Luz Noticas