Este Día de Muertos, elige lo auténtico, elige el cempasúchil mexicano: una flor que une el pasado, el presente y el alma de México.
Nancy Valenzuela / NORO
Cada noviembre, los altares del Día de Muertos se llenan de color, aroma y simbolismo gracias a la flor de cempasúchil, uno de los elementos más representativos de esta celebración mexicana. Sin embargo, en los últimos años, una gran parte de las flores que se comercializan provienen de China.
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Cempasúchil mexicano, un símbolo del Día de Muertos
El cempasúchil —cuyo nombre proviene del náhuatl Cempohualxochitl, que significa “flor de veinte pétalos”— es una planta originaria de México. Desde hace más de tres mil años, los pueblos mesoamericanos la usaban en rituales dedicados al sol y a la vida. Su color intenso, entre amarillo y naranja dorado, representa la energía solar y se cree que su aroma guía a las almas hacia sus ofrendas durante el Día de Muertos.
En México se han identificado 35 especies nativas de esta flor, cultivadas principalmente en Puebla, Morelos, Oaxaca y la Ciudad de México. Solo Puebla produce más de 16 000 toneladas al año.

El cempasúchil chino es reflejo de la evolución industrial y exportación
Aunque el cempasúchil es originario de México, China se ha convertido en el principal productor mundial. Su cultivo masivo comenzó a inicios del siglo XXI, orientado principalmente a la industria de pigmentos naturales, cosmética y farmacéutica. Gracias a la tecnificación agrícola, el país asiático exporta grandes volúmenes de flores y derivados, desplazando parcialmente a los productores mexicanos en el mercado internacional.
El cempasúchil chino, también conocido como Marigold, tiene un aspecto similar, pero con diferencias claras:
- Sus flores son más pequeñas y rígidas, con un tono naranja uniforme, casi artificial.
- Su aroma es débil o casi inexistente, mientras que el mexicano tiene un perfume fresco y terroso.
- Las semillas chinas no germinan fácilmente y su ciclo de vida es más corto.
- Generalmente se venden en macetas, a diferencia de las mexicanas, que se comercializan en ramos frescos.

Estas características hacen del cempasúchil nacional una flor más natural, vibrante y duradera.
Consumir cempasúchil mexicano es apoyar a productores locales
Elegir cempasúchil mexicano no solo significa mantener viva una tradición, sino también apoyar a miles de productores locales que con su trabajo llenan de vida las celebraciones del Día de Muertos. Además, consumir flores nacionales impulsa la economía rural y contribuye a conservar la biodiversidad originaria del país.
Con información de Milenio, AD Magazine y México Desconocido









