La dismorfia monetaria es un fenómeno creciente que afecta a la Generación Z y a los millennials, causando una percepción distorsionada de su bienestar financiero.
Grecia Bojórquez/ NORO
A pesar de tener más acceso a información sobre finanzas que sus padres, muchos jóvenes sienten una constante inseguridad económica, incluso cuando sus finanzas están en buen estado.
Este trastorno, exacerbado por las redes sociales y las comparaciones sociales, tiene implicaciones en la salud mental y el comportamiento financiero de estas generaciones.
¿Qué es la “dismorfia monetaria”?
La “dismorfia monetaria” se define como una percepción negativa e irrealista de la situación financiera personal. De acuerdo con una encuesta de Credit Karma, en Estados Unidos, casi la mitad de los millennials y miembros de la Generación Z sufren de esta condición.
Por otro lado, Amanda Clayman, terapeuta financiera, explica que esta dismorfia va más allá de simples preocupaciones sobre deudas o ahorros, convirtiéndose en una vigilancia constante y un sentimiento internalizado de inseguridad financiera.
Este fenómeno se observa incluso en aquellos que están relativamente estables económicamente, reflejando una desconexión entre la percepción y la realidad. Las transiciones de vida, como ahorrar para una boda, comprar una casa o cambiar de carrera, suelen intensificar estas preocupaciones.
Es importante enfatizar que las generaciones mayores, que vivieron en un contexto financiero diferente, tenían expectativas más claras y realistas sobre el ahorro y el gasto.
Hoy, las plataformas como Venmo y los programas de puntos de tarjetas de crédito complican aún más la gestión financiera, aumentando la ansiedad entre los jóvenes.
La influencia de las redes sociales en la “dismorfia monetaria”
Asimismo, las redes sociales juegan un papel crucial en la exacerbación de la “dismorfia monetaria”. La constante exposición a estilos de vida aparentemente perfectos y ostentosos en plataformas como Instagram y TikTok lleva a los jóvenes a establecer puntos de referencia financieros irreales.
Clayman destaca que, al ver las vidas glamurosas de otros, es fácil olvidar que esas imágenes no representan la realidad completa. La pareja con la boda de ensueño podría estar endeudada, y el amigo que viaja constantemente podría contar con un fideicomiso familiar.
Este fenómeno de comparación constante no solo afecta la percepción financiera, sino también el estado de ánimo. Las redes sociales pueden inducir estados de ánimo más bajos y aumentar las creencias negativas sobre uno mismo, perpetuando un ciclo de preocupación y autoexigencia irreal.
Los jóvenes, bombardeados con imágenes de lujos inaccesibles, sienten una presión constante por alcanzar estos estándares, lo que lleva a decisiones financieras precipitadas y al endeudamiento.
Expectativas desactualizadas sobre el dinero
Las expectativas sobre el manejo del dinero también han cambiado drásticamente con el tiempo. Las lecciones de ahorro de los padres y abuelos, que crecieron en un contexto de planes de pensiones y menor costo de vida, a menudo no son aplicables a la economía actual.
De esta manera, la autofinanciación de la jubilación y los altos costos de vida dificultan que los jóvenes sigan los consejos tradicionales de ahorro. Aunque algunas enseñanzas sobre finanzas personales siguen siendo válidas, es importante adaptar estas lecciones al contexto actual.
Acumular dinero o trabajar en exceso, con la esperanza de sentirse más seguros financieramente, puede ser contraproducente.
¿Cómo combatir la “dismorfia monetaria”?
Para enfrentar la “dismorfia monetaria”, los expertos sugieren varias estrategias. Primero, es esencial ser realista sobre la situación financiera personal y evitar comparaciones con los demás.
No creer todo lo que se ve en internet y reducir el tiempo en redes sociales puede disminuir la ansiedad financiera. Trabajar en un plan financiero propio, que contemple la eliminación de deudas y el ahorro para metas específicas, es fundamental.
Además, es importante tener paciencia y perseverancia, conocer el estado actual de las finanzas, incluidos ahorros, gastos y deudas, proporciona claridad para tomar decisiones informadas. Establecer objetivos financieros claros y trabajar consistentemente para alcanzarlos puede ayudar a reducir la sensación de inseguridad.
Con información de Business Insider México, Infobae y Forbes México.