El llanto de las tortugas, el documental sonorense que narra la transformación de una familia pesquera en defensora del mar, logró estar dentro del Top 5 de películas mexicanas más vistas del fin de semana, según Canacine.
Grecia Bojórquez/ NORO
A casi dos meses de su estreno en salas mexicanas, El llanto de las tortugas se colocó entre las cinco películas mexicanas más vistas del país, de acuerdo con el reporte más reciente de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine).

El documental dirigido por Jaime Villa y producido por Victoria Arellano se ubicó en el cuarto lugar del ranking de películas mexicanas con mayor asistencia. Entre el 26 y el 29 de junio, el filme sonorense logró reunir a 214 personas en funciones comerciales, lo que elevó su asistencia acumulada a 2 mil 984 espectadores.

Aunque los números pueden parecer modestos frente a los grandes estrenos comerciales, la permanencia del documental sonorense por ocho semanas consecutivas en cartelera y su presencia en el Top 5 reflejan un fenómeno poco común, el de una producción independiente, conectando con audiencias a nivel nacional sin depender de campañas masivas ni presupuestos millonarios.
A pesar de competir con estrenos de alto presupuesto y títulos comerciales respaldados por grandes distribuidoras, El llanto de las tortugas ha logrado mantenerse en la conversación cultural y en la preferencia del público.
El llanto de las tortugas: una historia que nace del mar y se vuelve colectiva
La película narra la transformación de una familia de pescadores, Mónica, Cosme y sus hijos, que se enfrentan a una difícil decisión cuando capturan una tortuga marina. El dilema de conservarla o sacrificarla para alimentarse se convierte en un punto de inflexión que los lleva a reflexionar sobre sus prácticas, su entorno y el vínculo que los une con el mar.

Filmado en la comunidad de Bahía de Kino, en Sonora y alejado de cualquier mirada turística o romantizada, el documental retrata con honestidad las problemáticas que enfrentan las comunidades costeras, especialmente aquellas que dependen directamente de los recursos marinos para sobrevivir.
La historia de Cosme y Mónica, quienes pasaron de la pesca tradicional a la defensa activa del ecosistema marino con el Grupo Tortuguero de Bahía de Kino, no solo pone rostro a la problemática ambiental, sino que abre una conversación sobre los procesos de transformación comunitaria que nacen desde lo más íntimo y cotidiano.
Del cine alternativo al circuito comercial
Luego de su estreno en Hermosillo a finales de 2024, la película comenzó una ruta que ha incluido proyecciones especiales en centros culturales, plazas públicas y recintos universitarios. A partir de mayo de este año, El llanto de las tortugas dio el salto a las salas de cine comerciales con funciones en ciudades como Ciudad de México, Guadalajara, Tijuana, Monterrey y San Cristóbal de las Casas.

En la Cineteca Nacional México, la película se ha mantenido en cartelera por casi dos meses. Durante las primeras funciones, contó con la presencia del Grupo Tortuguero de Bahía de Kino. La permanencia de la película en este espacio refleja la buena recepción y el impacto que ha generado en el público.
Uno de los factores que ha contribuido a su permanencia en cartelera es el respaldo de espacios que impulsan el cine documental y la producción local, así como la presencia constante del equipo creativo en conversatorios y proyecciones especiales.

A inicios de junio, por ejemplo, se realizaron funciones especiales en la Cineteca Sonora, acompañadas de una exposición fotográfica con imágenes del rodaje, lo que permitió al público acercarse no solo al resultado final, sino también al proceso de creación detrás de la obra.
La presencia del director Jaime Villa y la productora Victoria Arellano en estas actividades también ha sido fundamental para construir una relación directa con las audiencias, que valoran la cercanía, la transparencia y el compromiso del proyecto con las realidades que representa.
Un espacio ganado desde lo local
Aunque El llanto de las tortugas no ha alcanzado las cifras de taquilla de éxitos internacionales como Lilo y Stitch o Cómo entrenar a tu dragón, lo que lo hace destacar es su permanencia en cartelera y la forma en que ha conectado con diversas audiencias en distintas regiones del país.

En un contexto donde muchas producciones mexicanas enfrentan dificultades para obtener visibilidad y alcanzar una amplia distribución, la inclusión de El llanto de las tortugas en el Top 5 de Canacine representa un logro notable para el cine independiente. Que una película sin el respaldo de grandes estudios haya permanecido ocho semanas en cartelera evidencia el interés del público por relatos que abordan lo ambiental desde una perspectiva humana y comunitaria.
Esta resonancia, sumada a una propuesta visual cuidadosamente construida y a un enfoque ético en la representación de sus protagonistas, ha permitido que la cinta trascienda tanto fronteras geográficas como temáticas.
Con información de Canacine.