La tradición cucapá de tejer con chaquira mantiene viva la historia de su pueblo. Antonia Torres González, artesana y promotora cultural, preserva este arte. Sus creaciones simbolizan la identidad y resistencia de su comunidad.
Ricardo Amador/NORO
La artesanía en chaquira es uno de los elementos más distintivos y valiosos de la cultura cucapá, un pueblo indígena con raíces profundas en la región noroeste de México y el suroeste de los Estados Unidos.
Este arte milenario no solo consiste en la creación de joyería y accesorios, sino que también lleva consigo la historia, identidad y resiliencia de este pueblo binacional. En el Ejido El Mayor, entre Mexicali y San Felipe, Baja California, la maestra artesana Antonia Torres González ha dedicado su vida a preservar esta tradición a través de sus creaciones y su rol como promotora cultural.
En sus manos, la chaquira cobra vida y significado, transmitiendo esta parte de las tradiciones de Baja California que ha sobrevivido a generaciones.
El amor de Antonia por la chaquira surgió desde muy pequeña, cuando observaba a su madre, Inocencia González Sáinz, trabajar con dedicación en cada pieza. Fue bajo la guía de su madre que Antonia aprendió tanto las técnicas como el valor de esta tradición.
Este reconocimiento incluyó el Premio Nacional de Arte Popular en 2019, otorgado a Inocencia en honor a su vida dedicada a la artesanía y la defensa cultural.
Desde entonces, Antonia sigue los pasos de su madre, revitalizando un arte que, además de ser hermoso, representa una forma de resistencia cultural.
En sus talleres enseña a nuevas generaciones las complejidades de la chaquira, asegurando que esta tradición de Baja California siga viva.
La chaquira como vehículo de identidad y memoria
La chaquira no es solo un material para los cucapás; es un medio de expresión y memoria. Antes de la llegada de los españoles en el siglo XVII, los cucapás utilizaban cuentas de piedra, barro y conchas recolectadas del río Colorado o del Mar de Cortés para crear sus adornos.
Con el tiempo, la chaquira de vidrio de colores comenzó a sustituir estos materiales, convirtiéndose en un elemento central en su vestimenta y rituales.
Antonia explica que en la tradición cucapá existen dos tipos principales de pectorales: uno de trama cerrada que puede tomar hasta diez meses en completarse y otro de trama abierta, más ligero, que puede terminarse en unos días.
Cada pieza es tejida a mano sin el uso de telar, directamente sobre la rodilla, y se finaliza con caracoles que dan un toque tradicional a cada creación. Esta minuciosa labor no solo requiere habilidad, sino también paciencia y respeto por la tradición, aspectos que Antonia y su madre han defendido a lo largo de su vida.
Collares de chaquira, una tradición de Baja California que es símbolo de resistencia
El pectoral cucapá es una de las piezas más emblemáticas dentro de la indumentaria tradicional de las mujeres cucapás. Con un ancho de entre 50 y 60 centímetros y una longitud de 20 a 30 centímetros, estas joyas tienen un diseño en forma de red que cubre los hombros y se extiende hacia el pecho, decoradas con motivos geométricos que representan elementos de la naturaleza y la cosmovisión del pueblo cucapá.
Aunque hoy en día muchas de estas piezas se producen para venderlas a turistas y coleccionistas, el pectoral sigue siendo un símbolo de orgullo y resistencia cultural para el pueblo cucapá.
En ocasiones especiales y ceremonias, las mujeres cucapás continúan utilizando estos pectorales, reafirmando su identidad y recordando a las nuevas generaciones la importancia de preservar sus raíces.
Desafíos y oportunidades para el arte cucapá
En la actualidad, la artesanía en chaquira enfrenta varios desafíos. La demanda del mercado turístico lleva a que algunos productos se adapten en formas y colores para atraer a los visitantes, lo que plantea el riesgo de diluir los significados originales de estas piezas.
Sin embargo, artesanas como Antonia se esfuerzan por mantener la autenticidad de sus creaciones, compartiendo con los compradores la historia detrás de cada collar, gargantilla o pectoral.
Por otro lado, el reconocimiento de instituciones culturales como Fomento Cultural Banamex, que ha distinguido a artistas indígenas como Mónica Paulina González Portillo, impulsa la visibilidad y el respeto por el arte popular mexicano.
¿Ya conoces esta tradición de Baja California?
Fuentes: Tribuna de México, El Sudcaliforniano, El Informante BCS