María Carolina Rascón Ochoa, una de las mujeres más altas registradas en la historia, nació en 1916 en el municipio de Uruachi, ubicado en la Sierra Madre Occidental del estado de Chihuahua.
Grecia Bojórquez/ NORO
En una época marcada por la falta de recursos y atención médica en las comunidades rurales, María Carolina se destacó no solo por su estatura, sino también por la intriga que generó su condición. Conocida como “La Gigante de Chihuahua“, su vida fue un misterio debido a la carencia de un diagnóstico médico que explicara su sorprendente altura.
Desde temprana edad, María Carolina mostró un crecimiento inusual, alcanzando los 2.40 metros de altura, lo que ahora la coloca entre las tres mujeres más altas en la historia del mundo.
A pesar de su imponente figura, su vida se desarrolló en la humildad de La Junta de Guerrero, donde vivió junto a su familia de escasos recursos. María Carolina tuvo una hermana gemela, Carlota Simona, quien no presentó la misma condición de crecimiento, lo que hacía aún más singular su situación.
¿Qué es el gigantismo?
El gigantismo es una afección médica provocada por una sobreproducción de la hormona del crecimiento durante la infancia y adolescencia. Esta hormona, producida por la glándula pituitaria, es esencial para el desarrollo normal del cuerpo.
En los casos de gigantismo, la excesiva producción hormonal causa un crecimiento anormal de los huesos y tejidos, llevando a quienes la padecen a alcanzar estaturas extraordinarias.
En la época de María Carolina, el acceso a tratamientos médicos y diagnósticos especializados era prácticamente inexistente en las áreas rurales de México. Sin embargo, a partir de casos similares documentados en tiempos recientes, se puede especular que María Carolina podría haber sufrido de gigantismo.
Lamentablemente, debido a la falta de atención médica, nunca se confirmó la causa exacta de su estatura.
María Carolina Racón, el “Tesoro de Huarachi”
María Carolina era conocida por su carácter tímido y retraído, lo que la llevó a vivir una vida relativamente aislada. A pesar de esto, su impresionante estatura no pasó desapercibida. Jesús Avitia, un amigo de la familia, convenció a sus padres para llevarla a la capital del estado, Chihuahua, donde comenzó a ser conocida como el “Tesoro de Uruachi”.
La fama de la chihuahuense creció tanto que atrajo la atención de un periodista estadounidense del periódico The Evening Independent, quien viajó hasta Chihuahua para documentar su historia.
Se dice que una de las anécdotas más sorprendentes de María Carolina es que podía cargar a un hombre de mediana edad con una sola mano, un hecho verificado por el periodista estadounidense.
Esta y otras historias sobre su fuerza y habilidades físicas contribuyeron a la leyenda de “La Gigante de Chihuahua“. A pesar de su creciente notoriedad, la joven mantuvo un perfil bajo y continuó viviendo una vida sencilla en su comunidad natal.
“La Gigante de Chihuahua” no aparece en el Libro Guinness
Lamentablemente, María Carolina Rascón Ochoa falleció de forma temprana, a los 27 años, por causas desconocidas, dejando tras de sí un legado de curiosidad y admiración. Fue enterrada en el panteón de La Junta de Guerrero, en una tumba que, al igual que ella, es extraordinaria: mide el doble de las tumbas habituales del cementerio.
El sepulcro de la joven sigue atrayendo a visitantes que han escuchado las historias sobre “La Gigante”. Sin embargo, el nombre de María Carolina no figura en las listas oficiales de las mujeres más altas del mundo, principalmente en el Libro Guinness, ya que este se fundó en 1955, varios años después de la muerte de la chihuahuense.
Pese a lo dicho, su altura de 2.40 metros la posicionaría entre las más altas de la historia, solo un centímetro por debajo de Jane Bunford, quien medía 2.41 metros, y por encima de otras mujeres reconocidas por su altura a nivel mundial.