Ubicado en Creel, Chihuahua, el Museo de Arte Popular de la Sierra Tarahumara, este recinto es clave para conocer la cosmovisión, arte y medicina tardicional del pueblo rarámuri.
Ricardo Amador/NORO
En el Pueblo Mágico de Creel, enclavado entre los paisajes de la Sierra Tarahumara y las Barrancas del Cobre, se encuentra uno de los espacios culturales más importantes del estado de Chihuahua: el Museo de Arte Popular de la Sierra Tarahumara.
Este museo, que se aloja en el edificio histórico que alguna vez fue estación del tren Chepe, ofrece una ventana a las tradiciones del pueblo rarámuri.

Construido originalmente en 1956 como terminal ferroviaria, el inmueble fue pieza clave en el desarrollo regional y posteriormente funcionó como oficina de Correos de México.
No fue sino hasta 1993 cuando, gracias al trabajo del arquitecto Guillermo Lozano Kasten, el edificio fue restaurado y transformado en un museo. Desde entonces, este espacio forma parte de la Casa de las Artesanías de Chihuahua y se ha consolidado como punto de encuentro entre el pasado y el presente del pueblo indígena que habita esta región desde tiempos ancestrales.
Cosmovisión y tradiciones vivas del pueblo rarámuri
Más allá de su valor arquitectónico, el verdadero tesoro del museo radica en las historias que resguarda. A través de sus salas temáticas, los visitantes pueden conocer de manera cercana los aspectos más profundos de la cultura rarámuri, una de las comunidades indígenas más emblemáticas de México.
La sala “Encuentro de dos mundos” explora las interacciones entre los pueblos originarios y el mundo mestizo tras la llegada de los colonizadores. En otro espacio, se abordan las costumbres y prácticas cotidianas del pueblo rarámuri, destacando su relación con la naturaleza y su vida comunitaria.

Una sección especialmente está dedicada a la medicina tradicional y los rituales religiosos, donde se explican los usos curativos de las plantas, la conexión espiritual con el entorno y los elementos que dan sentido a su cosmovisión.
Además, el museo alberga una gran exposición fotográfica del artista Gerard Tournebize, titulada Viaje al país de los tarahumaras, que captura con sensibilidad la vida cotidiana en la Sierra, los rostros y los paisajes de una cultura que ha resistido al paso del tiempo.
Arte, simbolismo y resistencia cultural en el Museo de Arte Popular
El Museo de Arte Popular de la Sierra Tarahumara es también un espacio vivo donde se celebra la creatividad del pueblo rarámuri. En su sala de exposiciones artesanales se presentan cada año las obras ganadoras del concurso estatal de arte indígena.

Estas piezas, elaboradas en barro, madera, fibras naturales y textiles tradicionales, no solo representan una expresión estética, sino que están impregnadas de simbolismo espiritual y comunitario.
Algunas piezas se conservan de manera permanente por su valor histórico y cultural, especialmente las que formaron parte del primer certamen, consideradas como un logro en el reconocimiento institucional del arte indígena.
Cada obra exhibida es testimonio del talento de los artesanos locales, quienes han aprendido estas técnicas de generación en generación y que hoy encuentran en el museo una plataforma para dar a conocer su legado al mundo.

El museo también promueve talleres donde los visitantes pueden aprender sobre técnicas tradicionales de tejido y alfarería, además de actividades culturales que permiten una interacción directa con las prácticas ancestrales del pueblo rarámuri. Estas iniciativas no solo enriquecen la experiencia turística, sino que fomentan la preservación activa del patrimonio cultural.
Creel y la Sierra Tarahumara: destinos para conectar
Visitar el Museo de Arte Popular de la Sierra Tarahumara es más que una actividad cultural: es una experiencia inmersiva que conecta al viajero con las raíces más profundas del México indígena.
Enmarcado por bosques de pino, formaciones rocosas como el Valle de los Monjes y la cercanía a la majestuosa Barranca del Cobre, Creel ofrece un entorno natural inigualable que complementa la riqueza espiritual de la visita al museo.

La ciudad evolucionó de ser una estación ferroviaria a un punto turístico estratégico que atrae tanto a viajeros nacionales como internacionales. Gracias a su población rarámuri, que continúa preservando su idioma, vestimenta y tradiciones, el visitante tiene la oportunidad de presenciar una cultura viva que resiste, se adapta y florece.
El Museo de Arte Popular de la Sierra Tarahumara representa un esfuerzo concreto por valorar y proteger este patrimonio cultural.
Con cada exposición, actividad y relato compartido, el museo nos recuerda que el arte no solo habita en los objetos, sino en las historias que cuentan y en los pueblos que, a pesar de los desafíos, siguen construyendo su identidad desde la raíz.
Fuentes: El Heraldo de Chihuahua, Creel Sierra Tarahumara