La comunidad afrodescendiente en México ha enfrentado una histórica invisibilización y discriminación tanto por la sociedad como por los marcos jurídicos y las políticas públicas. Esta falta de reconocimiento ha dificultado el acceso a derechos fundamentales y la plena realización de sus proyectos de vida.
No fue sino hasta el 2015, con la Encuesta Intercensal del Inegi, y más recientemente con el Censo Nacional de Población y Vivienda 2020, que estas poblaciones comenzaron a ser visibilizadas, permitiendo así la generación de políticas públicas para promover su inclusión.
En México, 427 mil niñas y niños se identifican como afromexicanos o afrodescendientes, representando el 2% de la población infantil del país. Esta población se concentra principalmente en los estados de Guerrero, Estado de México, Oaxaca y Veracruz, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) de 2022.
Hay que señalar que el concepto de afrodescendencia se refiere al autorreconocimiento de las personas como descendientes de africanos que llegaron a México durante el periodo colonial, tanto de manera forzada como en libertad, así como a aquellos de origen africano que arribaron posteriormente.
Educación y derechos de los menores afrodescendientes en México
El acceso a una educación de calidad sigue siendo un desafío significativo para la niñez y adolescencia afrodescendiente en México. Datos del Inegi revelaron que, en 2020, solo el 45.6% de los adolescentes afromexicanos entre 15 y 17 años completaron la educación media superior.
Dicha cifra refleja la deuda social que el Estado mexicano y el Sistema Educativo Nacional tienen con esta población. La situación educativa de las niñas, niños y adolescentes afrodescendientes aún no garantiza plenamente su derecho a una educación con pertinencia cultural y lingüística.
Hasta el 2018, únicamente las constituciones de Guerrero, Oaxaca y Ciudad de México reconocían formalmente a la población afrodescendiente, subrayando la necesidad de una mayor inclusión en los marcos jurídicos y educativos.
Salud y bienestar de los afrodescendientes en México
La afiliación a servicios de salud es otro aspecto crucial para el bienestar de la población afrodescendiente. En 2020, se registró que el 76.9% de las niñas y adolescentes afrodescendientes de 3 a 17 años contaban con afiliación a algún servicio de salud.
Sin embargo, la pobreza sigue siendo una realidad abrumadora para muchas niñas y adolescentes afrodescendientes. Aproximadamente el 54% de la población infantil en México vive en pobreza extrema, con una prevalencia aún mayor entre las comunidades indígenas y afrodescendientes. Esta situación económica precariza aún más el acceso a servicios de educación, exacerbando las desigualdades existentes.
Reconocimiento y justicia de la comunidad afrodescendiente en México
La ONU declaró el Decenio Internacional de los Afrodescendientes 2015-2024 bajo el lema «Reconocimiento, Justicia y Desarrollo». Este periodo busca que los Estados miembros y la sociedad civil adopten medidas para poner en práctica un programa de actividades que promueva el reconocimiento y la justicia para las personas afrodescendientes.
A nivel nacional, aunque se ha logrado visibilizar a las poblaciones afromexicanas en los censos poblacionales, aún queda pendiente escuchar y hacer partícipes a estas comunidades en la creación de políticas públicas y marcos jurídicos que les protejan.
Es fundamental que niñas, niños y adolescentes afrodescendientes no solo sean incluidos en los datos y el discurso, sino que se les reconozca plenamente como parte de la diversidad multicultural del país, garantizando y protegiendo sus derechos a través de políticas que aborden sus desigualdades y les den voz activa.
El camino hacia una inclusión plena y justa requiere de un compromiso constante y efectivo por parte del Estado y la sociedad para garantizar que estos niños y adolescentes puedan desarrollarse plenamente y ejercer sus derechos en igualdad de condiciones.