Desde 2017, la colectiva artística Nortejiendo ha generado un impacto notable en la frontera norte de México.
Grecia Bojórquez/ NORO
El grupo multidisciplinario Nortejiendo, con sede en Chihuahua, fusiona el arte textil, la intervención urbana y el activismo social para visibilizar problemáticas urgentes como la violencia, la discriminación y las desapariciones forzadas.
Lo que distingue al proyecto es su capacidad de crear puentes entre la comunidad, el arte y los derechos humanos. Sus obras no solo decoran espacios; los transforman en escenarios de diálogo, reflexión y memoria colectiva.
Arte textil con causa: la propuesta de Nortejiendo
Nortejiendo no es solo una agrupación artística: es una plataforma social con fuerte compromiso político y comunitario. Sus integrantes: Isis Estrada Rascón, Laura María Acosta Navarro, Natalia Barragán Orozco y Óscar Francisco Solís Rodríguez comparten una visión común: que el arte puede y debe ser una herramienta para el cambio.
La colectiva trabaja bajo tres pilares fundamentales:
- Activismo social
- Arte textil contemporáneo
- Intervención en espacios públicos
Su enfoque es claro: convertir el tejido en un lenguaje visual que cuestione, conmueva y convoque a la acción.
Dos formas de crear: arte colaborativo y obra conceptual
Nortejiendo articula su labor en dos líneas principales:
- Proyectos colaborativos con la comunidad, donde personas de todas las edades y contextos participan en talleres de creación textil. Estos espacios fomentan la expresión individual y colectiva, además de fortalecer vínculos sociales.
- Obras de autoría colectiva, más conceptuales y complejas, diseñadas para ser exhibidas en museos, galerías o espacios urbanos.
Esta dualidad permite que su arte sea tanto accesible como profundamente analítico, conectando con audiencias diversas.
Obras que visibilizan problemáticas sociales
Una de las piezas más reconocidas de Nortejiendo es “Desaparecer no es normal”, una instalación compuesta por paneles de madera y miles de listones de colores que representan a personas desaparecidas en México. Las cintas forman una mano simbólica que sugiere resistencia, memoria y solidaridad.
Esta obra ha recorrido varias ciudades del país y fue parte de la Bienal Fronteriza 2024, que se llevó a cabo en el El Paso Museum of Art y el Museo de Arte de Ciudad Juárez. Su presencia en ambos lados de la frontera refuerza el mensaje de unidad y lucha compartida entre comunidades mexicanas y estadounidenses.
Otra instalación destacada es “Tu odio me mata”, que denuncia la violencia hacia la comunidad LGBTQ+. Mediante esculturas textiles, la obra propone una reflexión sobre la exclusión, la agresión y la falta de justicia hacia estas poblaciones.
También sobresale “Esto que entiendo no es todo lo que es”, expuesta en el Museo Sebastián en 2023. Inspirada en la alegoría de la cueva de Platón, esta pieza sensorial invita al público a cuestionar sus percepciones, promoviendo una lectura crítica de la realidad.
Educación comunitaria como estrategia de transformación
El trabajo de Nortejiendo va más allá de las galerías. Desde sus inicios, la colectiva ha ofrecido talleres de arte textil dirigidos a personas sin formación artística. Esta apuesta educativa busca que cualquier persona, sin importar su contexto, pueda expresar sus vivencias a través del arte.
Además, han colaborado con instituciones como la Universidad Autónoma de Chihuahua, El Claustro Universitario y el Instituto Superior de Arquitectura y Diseño, llevando el arte textil a foros académicos y promoviendo el debate sobre derechos humanos, género y memoria histórica.
Nortejiendo también impulsa la creación de micro-redes comunitarias: encuentros en cafés, plazas o parques donde se tejen piezas colectivas mientras se conversa sobre temas sociales. Este modelo fomenta la construcción de comunidad y la acción desde lo cotidiano.
Premios, becas y proyección internacional
El impacto de Nortejiendo ha sido reconocido con múltiples apoyos. Han ganado el Fondo Municipal para Artistas y Creadores del Municipio de Chihuahua y el Fondo Transborder, lo que les ha permitido continuar desarrollando obras con fuerte contenido social.
Su participación en la Bienal Fronteriza de 2024 fue un parteaguas para su proyección binacional. Este evento les dio visibilidad en el circuito artístico de la frontera y abrió puertas a futuras colaboraciones con colectivos y museos en Estados Unidos.
Un tejido colectivo que une arte y justicia
A través del arte textil, Nortejiendo ha logrado conectar emociones, historias y luchas sociales. Su misión sigue firme: utilizar el arte como medio para construir paz, justicia y memoria desde Chihuahua y para el mundo.
Su invitación es clara: sumarse a este tejido colectivo donde las fibras no solo forman arte, sino también resistencia, esperanza y acción social.
¿Te interesa el arte con impacto social?
Sigue descubriendo proyectos y colectivos que, como Nortejiendo, están transformando realidades desde lo local y lo creativo.
Con información de El Heraldo de Chihuahua, Norte Chihuahua y nortejiendo.myportfolio.com.
