La Plaza Merino en Chihuahua es un lugar cargado de historias y curiosidades que, para algunos, parecen ser solo mitos, mientras que otros los consideran reales. Descubre en nuestra nota la magia y los enigmas de este sitio histórico.
Conocida antiguamente como “El lugar de los ahorcados“, la Plaza Merino fue el escenario de ejecuciones en tiempos pasados. Aquellos que eran condenados en la cárcel, ubicada donde hoy se encuentra el Ayuntamiento, cumplían su sentencia siendo ahorcados o quemados en esta plaza.
En otro tiempo, la plaza albergaba una fuente que proporcionaba agua a la comunidad, siendo vital para la subsistencia de la población y de las familias que dependían de este recurso.
Hoy en día, la Plaza Merino sigue siendo un punto de encuentro comercial, donde los visitantes pueden disfrutar de buena energía y un paseo agradable.
Los Orígenes de la Plaza Merino: De Plaza de Ejecuciones Públicas a Mercado
La historia de la Plaza Merino está íntimamente ligada a la fundación de la ciudad de Chihuahua. En 1709, el sargento mayor Juan Antonio Trasviña y Retes, uno de los fundadores del Real de Minas de San Francisco de Cuéllar, estableció aquí su residencia. Por ello, la plaza fue conocida originalmente como Plaza de Trasviña, y más tarde como Plazuela de los Uranga.
En 1785, el nombre cambió a Plaza de la Horca, ya que en este lugar se realizaban las ejecuciones públicas durante la época colonial. Los condenados eran paseados por la ciudad en una jaula de madera, montada en un carro tirado por mulas, mientras un pregonero anunciaba la ejecución.
Entre 1797 y 1810, la plaza se convirtió en un mercado que funcionaba los días primero y de quincena de cada mes. Tras la independencia, el sitio fue renombrado como Plaza de los Portales de Hidalgo, y en 1973, recibió su nombre actual en honor al coronel José Merino, quien murió en combate durante la rebelión del Plan de la Noria.
Se dice también que la Plaza Merino está construida sobre un foco tonal, una estructura geométrica diseñada para recargar energías y buenas vibras. Al ubicarse en el centro del círculo, rodeado por una pequeña barda, los visitantes pueden experimentar un eco peculiar al hablar o gritar. Durante la pandemia de COVID-19, muchos acudieron a este lugar en busca de fortaleza y bienestar.
¿Ya has explorado este lugar lleno de historia y misterio?