Para quienes han viajado por distintas regiones del país, la diferencia en la estatura promedio entre los habitantes del norte y del sur de México no pasa desapercibida.
Grecia Bojórquez/ NORO
En México, la diversidad cultural y geográfica es tan amplia como sus contrastes físicos. Uno de los más notorios, aunque pocas veces analizado a profundidad, es la diferencia de estatura entre los habitantes del norte del país y los del sur.

De acuerdo con estudios realizados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los individuos del norte presentan, en promedio, una altura entre ocho y diez centímetros mayor que aquellos del sur. Esta disparidad, lejos de ser una curiosidad anecdótica, responde a una compleja interacción de factores históricos, genéticos y ambientales.
¿De cuánto es la diferencia de estatura entre el norte y el sur?
De acuerdo con estudios realizados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los individuos del norte presentan, en promedio, una altura entre ocho y diez centímetros mayor que aquellos del sur. Esta disparidad, lejos de ser una curiosidad anecdótica, responde a una compleja interacción de factores históricos, genéticos y ambientales.

La diferencia de estatura no es un fenómeno reciente, de acuerdo con María Elena Sáenz Faulhaber, investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, ya desde los tiempos de la independencia de México, incluso antes, se podían observar contrastes regionales en la complexión física de la población. Si bien en los últimos 200 años la estatura promedio del mexicano ha aumentado aproximadamente 10 centímetros, las brechas entre regiones se han mantenido relativamente constantes.

Durante la época colonial, el mestizaje entre los pueblos originarios y los conquistadores españoles fue clave en la conformación del perfil genético actual del país. Sin embargo, Sáenz Faulhaber advierte que los españoles no eran particularmente altos, especialmente en comparación con otras poblaciones europeas del norte. Por tanto, la genética europea introducida a través de la conquista no explica por sí sola la diferencia regional de estatura.
Genética y alimentación están relacionadas
Aunque la herencia genética tiene un peso importante en la estatura que una persona alcanzará en la adultez, este potencial puede verse modificado por las condiciones del entorno. La alimentación, en particular durante la infancia y adolescencia, es un factor decisivo. En este sentido, en la época moderna la disponibilidad y calidad de los alimentos ha variado históricamente entre regiones, y ha favorecido en mayor medida al norte del país.
Las condiciones socioeconómicas más favorables en el norte de México han permitido, en general, un acceso más temprano y constante a dietas balanceadas, lo cual influye en el desarrollo físico.

La desnutrición infantil, más frecuente en algunas zonas del sur, limita el crecimiento incluso cuando existe un buen potencial genético. Además, otros factores ambientales como el acceso a servicios de salud, saneamiento y educación también impactan indirectamente el desarrollo físico de la población.
El promedio nacional de estatura en hombres de 19 años es de 1.70 metros, y en mujeres, de 1.57 metros. No obstante, dentro de este promedio conviven diferencias marcadas por la región de origen. Las personas del noroeste, en particular en estados como Sonora, Chihuahua y Baja California, suelen superar fácilmente estos promedios. En cambio, en regiones del sur como Oaxaca, Chiapas o Guerrero, es más común encontrar estaturas por debajo de la media nacional.
Más allá de la genética: el entorno como condicionante
En última instancia, la estatura de una persona resulta de una interacción entre herencia y entorno. Mientras que los genes heredados establecen un rango posible de crecimiento, las condiciones ambientales —especialmente durante la infancia— determinan si ese potencial se cumplirá o no. La desigualdad en el desarrollo físico refleja, en buena medida, la desigualdad social y económica entre las distintas regiones del país.

La investigación liderada por la UNAM subraya la importancia de mejorar las condiciones de vida en todo el territorio nacional, no solo para reducir diferencias físicas, sino para cerrar brechas estructurales más amplias. De lograrse mejores condiciones alimentarias, educativas y de salud en el sur del país, es probable que también se observe una convergencia paulatina en los indicadores de desarrollo físico, incluida la estatura.
Por ahora, la diferencia de altura entre norte y sur sigue siendo una muestra más de cómo la historia, la genética y las condiciones de vida se entrelazan en la configuración del México actual.
Con información de Infobae, dgcs.unam.mx y UNAM Global TV.