“Un bolillo pa’l susto” ha pasado de ser una frase a formar parte de la cultura de México.
Nancy Valenzuela / NORO
En México, es común escuchar que comer un bolillo después de un susto ayuda a calmar los nervios. Esta práctica popular se ha transmitido de generación en generación, sobre todo en la Ciudad de México, donde el “bolillo pa’l susto” se ha convertido en un remedio casero ampliamente aceptado.
¿Qué pasa dentro de nuestro cuerpo cuando nos asustamos?
Cuando una persona se enfrenta a un susto, el cuerpo entra en un estado de alerta máxima. Como mecanismo de defensa, el organismo libera una serie de hormonas como la adrenalina y el cortisol. Estas sustancias provocan una serie de reacciones físicas inmediatas: aceleración del ritmo cardíaco, respiración entrecortada, sudoración en las manos y un endurecimiento muscular.
Según datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), también ocurre la secreción de jugos gástricos, lo que puede derivar en acidez estomacal o incluso náuseas. Estas respuestas fisiológicas son una consecuencia directa del estrés agudo, el cual pone al cuerpo en lo que se conoce como “modo supervivencia”.
UNAM reconoce que comer bolillo ayuda a disminuir el “sustito”
La tradición de comer bolillo después de un susto tiene una base científica. Según la UNAM, los carbohidratos presentes en el bolillo, junto con su contenido de grasas, ayudan a estabilizar los niveles de glucosa en la sangre, lo que fundamental para contrarrestar el efecto de la adrenalina, la cual altera temporalmente estos niveles.
Además, el bolillo ayuda a inhibir la producción de ácido gástrico, lo que disminuye la sensación de acidez y el malestar estomacal que se produce tras un sobresalto. El simple acto de masticar también contribuye a reducir la ansiedad, ya que obliga a la persona a concentrarse en otra actividad y libera tensiones acumuladas.
La Dra. Nayeli Xochiquetzal Ortiz Olvera, profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM, explica que la consistencia del bolillo, siendo “masudo” y con una corteza dura, obliga a masticar de manera constante, lo cual genera una distracción que reduce el miedo y la ansiedad.
Si no encuentras un bolillo, puedes masticar otras cosas para calmar el susto
Si bien el bolillo puede tener efectos positivos tras un susto, no es el único alimento que puede ayudar a mitigar los síntomas, puede ser cualquier comida no irritante que requiera masticación puede ofrecer beneficios similares, ya que el acto de masticar tiene un efecto calmante en el sistema nervioso. Lo importante es evitar alimentos que puedan aumentar la acidez estomacal, como los picantes o muy grasosos.
La Dra. Ortiz Olvera recomienda que, tras un susto, es suficiente con consumir solo algunos bocados de pan para sentir alivio, por lo que se recomienda evitar ingerir grandes cantidades para prevenir la indigestión.
Con información de UNAM y El Financiero