En 1915, durante la Revolución Mexicana, Pancho Villa recibió una oferta para adquirir un submarino militar estadounidense, equipado con tres tubos lanza-torpedos; este navío prometía cambiar el rumbo del conflicto, pero nunca fue adquirido.
A mediados de 1915, la Revolución Mexicana estaba en pleno apogeo. José Doroteo Arango Arámbula, más conocido como Pancho Villa, lideraba la División del Norte en un período tumultuoso y decisivo.
Villa, quien fue gobernador de Chihuahua, se encontraba en una situación crítica tras ser expulsado de la Ciudad de México junto a Emiliano Zapata por las fuerzas de Venustiano Carranza.
En este complejo escenario bélico, Villa recibió una oferta inesperada desde Estados Unidos: la adquisición de un submarino militar que podría haber cambiado el rumbo del conflicto.
La oferta del submarino de Pancho Villa
La propuesta, recibida en una carta de Enrique Lorente, jefe del departamento de Agencias Comerciales de la Secretaría de Relaciones Exteriores del gobierno de Carranza, ofrecía a Villa un submarino de guerra proveniente de uno de los mejores astilleros estadounidenses.
El buque estaba equipado con tres tubos lanza-torpedos y contaba con espacio para dos torpedos adicionales. La misiva incluía detalladas especificaciones técnicas del vehículo, como su velocidad de ocho nudos en la superficie y seis nudos y medio sumergido, y la ubicación del navío en Cayo Hueso, Florida.
“Mi querido general. Dirijo a Ud estas líneas para informarle que se nos ofrece en venta un submarinopropiedad de uno de los mejores astilleros del país, que por su capacidad como su armamento pudiera ser de grandísima utilidad a Ud, para reducir a los cañoneros nuestros aún no sometidos al gobierno y evitar la introducción del parque a Veracruz y otros puertos del Golfo en poder de Carranza”, decía la carta, según la publicación de México Desconocido.
El costo del submarino era de $340 mil dólares, una cifra considerable para la época, incluyendo baterías nuevas y los gastos de transporte. La compañía propietaria también se comprometía a realizar las pruebas necesarias para demostrar el estado óptimo del submarino y a capacitar a la tripulación que Villa enviara para recogerlo.
Implicaciones estratégicas
La adquisición de un submarino representaba una oportunidad estratégica significativa para Villa. Con este buque, podría haber enfrentado y reducido los cañoneros leales a Carranza, así como evitar la llegada de suministros a Veracruz y otros puertos del Golfo controlados por sus enemigos.
La capacidad de atacar por mar hubiera proporcionado a Villa una ventaja táctica inigualable en la guerra, ampliando su dominio más allá de las batallas terrestres.
En su carta, Lorente destacó estas ventajas estratégicas, subrayando la utilidad potencial del submarino para los planes de Villa. Sin embargo, también alertó sobre la elevada inversión requerida, considerando la precaria situación económica que afrontaban los revolucionarios en ese momento.
A pesar del alto costo, la oferta se presentó como una decisión que debía considerar detenidamente, con la esperanza de que Villa tomara una decisión que pudiera cambiar el rumbo del conflicto armado.
Una “oportunidad” que Villa no aprovechó
A pesar de las promesas y potenciales beneficios que el submarino ofrecía, la historia registra que Villa nunca adquirió el buque militar. Varios factores pudieron influir en esta decisión, desde la imposibilidad de reunir los fondos necesarios hasta la incertidumbre sobre el impacto real que el submarino podría tener en la guerra en curso.
Además, en 1916, el reconocimiento oficial de Estados Unidos al gobierno de Venustiano Carranza limitó aún más las posibilidades de Villa de adquirir armamento sofisticado y apoyo externo.
El fracaso en la adquisición del submarino dejó una marca en la historia de la Revolución Mexicana, representando un “qué hubiera sido si” en la narrativa de los eventos.
La intervención de una tecnología naval avanzada en manos de Villa podría haber cambiado el equilibrio de poder y prolongado o incluso alterado el desenlace de la lucha revolucionaria. Sin embargo, sin este recurso, Villa continuó enfrentándose a las fuerzas carrancistas con los medios tradicionales disponibles, hasta su eventual declive y la consolidación del poder de Carranza.
¿Qué crees que hubiera pasado con el submarino de Pancho Villa?
Fuentes: Infobae, Destino Azteca