Artesanas de Durango denunciaron apropiación cultural en la Semana de la Moda de París, donde el diseñador Eduardo Estrada presentó su colección “Mujeres tepehuanas en París”.
Grecia Bojórquez/ NORO
Durante la Semana de la Moda de París, una pasarela protagonizada por el diseñador Eduardo Estrada, titulada «Mujeres tepehuanas en París», generó indignación y protestas por parte de comunidades indígenas de Durango.

¿Qué comunidades de Durango denunciaron apropiación cultural en la Semana de la Moda de París?
La colección, que se presentó a finales de septiembre, buscó visibilizar la cultura tepehuana a través de nueve diseños que pretendían representar la vestimenta, bordados y cosmovisión de la comunidad. Sin embargo, para las comunidades O’dam, Wixárika y Naáyeri, esta exhibición fue un claro caso de apropiación cultural y extractivismo.

El desfile, respaldado por el Gobierno de México, la Embajada de México en Francia, el DIF de Durango y el Ayuntamiento de Tepehuanes, fue criticado por utilizar elementos culturales sin el consentimiento de las comunidades, quienes acusan que su patrimonio se ha convertido en una mercancía despojada de su verdadero significado.
De acuerdo con las artesanas y diversas organizaciones, esta acción repite un patrón histórico de explotación y folklorización de sus prácticas culturales.
¿Qué dice la denuncia de las artesanas de Durango?
Organizaciones como el Centro de Estudios y Asesoría para Pueblos Indígenas de Durango (CEAPI Durango )y la Unión de Profesionistas Indígenas de Nayarit A.C. denunciaron públicamente lo que consideran una apropiación indebida de su patrimonio cultural.
En un comunicado, señalaron: «Nuevamente somos testigos de extractivismo y apropiación violenta del conocimiento, arte, trabajo y la práctica ancestral de tres pueblos distintos: O’dam, Náayeri y Wixárika».

Para las comunidades afectadas, la presentación en la capital de la moda no es más que otro episodio de una larga historia de despojo y comercialización de su cultura sin el respeto debido.
Asimismo, la crítica también se extendió hacia el discurso utilizado por el diseñador Estrada, que en sus declaraciones habló de «llevar al mundo a nuestras mujeres tepehuanas». Para las colectivas indígenas, el uso del término «nuestras» perpetúa una visión colonial que niega la autonomía de las mujeres de estas comunidades.
Las críticas se centraron en que la narrativa que acompañó al desfile reduce la riqueza cultural a un simple recurso para la moda, sin considerar el contexto y el valor ancestral de los textiles y bordados.
Artesanas de Durango han sido víctimas de 20 casos de apropiación cultural
Por otro lado, la implicación de diferentes niveles de gobierno en este proyecto fue otro punto de controversia. La Embajada de México en Francia, encabezada por Blanca Jiménez Cisneros, y el DIF de Durango, dirigido por Marisol Rosso Rivera, colaboraron en la organización de la pasarela y la promoción del evento.
Esto fue visto por las comunidades afectadas como una muestra de la falta de sensibilidad y de conocimiento de las leyes que protegen el patrimonio de los pueblos indígenas, ya que las críticas apuntan a una complicidad que va más allá de este evento puntual.

En una conferencia de prensa, las comunidades denunciaron que durante los últimos 12 años, han sido víctimas de más de 20 casos de apropiación cultural, muchos de ellos apoyados por el Estado de Durango.
Además, los nombres de diseñadores como Eduardo Estrada y Tito Ávalos han sido mencionados repetidamente en estos señalamientos.
Artesanas de Durango exigen justicia y reparación del daño
La respuesta de las comunidades no se ha limitado a las críticas, pues han exigido una serie de acciones para reparar el daño. Entre sus demandas, destacan la necesidad de que se ofrezcan disculpas públicas y que se realice una reparación del daño, la cual debe ser determinada de manera conjunta con las autoridades comunitarias.

Además, han pedido la creación de un mecanismo específico para atender este tipo de casos y la capacitación de los funcionarios públicos en temas de derechos culturales y patrimonio indígena.
«No estamos dispuestas a callarnos más frente a la violencia, extractivismo, objetivización y folklorización histórica constante de nuestras vidas» (CEAPI Durango).
Por otro lado, las organizaciones y colectivas indígenas reafirmaron que esta apropiación no es un caso aislado, sino parte de una problemática sistémica que refleja el desconocimiento y la falta de respeto hacia la cultura de los pueblos originarios.

«Esta no es la primera vez que nuestros conocimientos, trabajo y prácticas culturales ancestrales son utilizadas con un fin comercial, exotizante y folklorista por personas ajenas a nuestras comunidades», declararon en el comunicado.
Es importante resaltar que la exigencia de justicia se basa en la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas, que establece sanciones para quienes se ostentan como autores de elementos culturales sin el consentimiento de las comunidades.
Con información de El Siglo de Durango, EDUCA y Cima Noticias.