Durango, estado ubicado al noroeste de México, es conocido no solo por su impresionante geografía montañosa y su rica historia cultural, sino también por las leyendas que han surgido a lo largo de los años.
Grecia Bojórquez/ NORO
Las leyendas sobre lo sobrenatural y lo inexplicable también son parte de la identidad de los habitantes de Durango. Desde figuras fantasmales en hospitales hasta relacionadas con la Revolución, estas historias han capturado la imaginación de quienes las escuchan, lo que refleja las creencias y miedos de la sociedad.

La Monja de la Catedral de Durango
Una de las leyendas más emblemáticas de Durango es la de la Monja de la Catedral, que narra la historia de Beatriz, una monja que fue enviada a un convento en la Catedral de Victoria de Durango.

Beatriz se enamoró perdidamente de un soldado francés llamado Fernando, quien prometió regresar por ella. Sin embargo, los años pasaron y Fernando nunca volvió. La monja, consumida por la tristeza, falleció esperando a su amado en la cima de la torre de la catedral.

Se dice que su espíritu aún habita ese lugar, y aquellos que miran atentamente pueden observar una sombra blanca en la torre, un reflejo del amor que trascendió incluso a la muerte.
El niño del Hospital General de Durango
Otra leyenda que ha dejado huella en la cultura duranguense es la del niño del Hospital General. La historia narra la tragedia de un pequeño que falleció en el hospital mientras su madre se encontraba ausente.
Según el relato, su último susurro fue «mamá«, un eco que resonó en los pasillos del cuarto piso. Con el tiempo, varios miembros del personal comenzaron a reportar la aparición de un niño jugando con una pelota, y aunque algunos solo podían sentir su presencia, la historia cobró vida con el testimonio de una supuesta enfermera vidente que lo vio claramente.

La leyenda se intensificó cuando el niño, según se dice, busca a una enfermera específica que prometió llevarlo con su madre. A pesar de que el antiguo hospital ahora alberga la librería de la Universidad Juárez, los fenómenos paranormales continúan, lo que mantiene vivo el misterio del niño y los ecos de su dolor en el aire.
La leyenda del Diablo en Durango
La leyenda del Diablo en Durango se sitúa en abril de 1990, durante un Viernes Santo, cuando una joven llamada Josefina, de 18 años, fue a bailar con amigos en la discoteca Cyclons. Allí, cautivó a un elegante hombre en traje negro que, tras bailar juntos, reveló que tenía pezuñas de cabra en lugar de pies.
La historia cuenta que la atmósfera se tornó aterradora cuando un fuerte olor a azufre llenó el lugar y las luces se apagaron. Al volver la luz, Josefina estaba desmayada, con el vestido quemado y la piel enrojecida.

A pesar de las investigaciones, el misterioso hombre nunca fue encontrado, y Josefina desapareció tras ser llevada al hospital. Así surgió la leyenda urbana de que el Diablo visita Durango en Semana Santa, y algunos dicen que se oyen risas en el ahora abandonado Cyclons.
El Tren de Poanas y la Zona del Silencio
Por último, el Tren de Poanas es otra leyenda pero vinculada a la Revolución Mexicana. Se cuenta que un tren que transportaba a más de 200 soldados fue volado por los alzados, resultando en una tragedia que dejó muchas almas en pena.

Los viajeros que pasan por la ruta suelen escuchar lamentos y gritos de auxilio, lo que convierte esta historia en una advertencia sobre los horrores de la guerra.
Por otro lado, la Zona del Silencio, ubicada cerca del Bolsón de Mapimí, es conocida por su extraño fenómeno de interferencia con las comunicaciones. Muchos creen que esta área está habitada por extraterrestres y que es un punto de encuentro para lo desconocido. Las leyendas que rodean esta zona la convierten en un lugar de gran atracción para quienes buscan experiencias paranormales.

¿Conoces otra leyenda de Durango?
Con información de El Siglo de Durango, Lifeder, Infobae y El Universal.