El Puente de Ojuela, en Mapimí, Durango, es una obra monumental de ingeniería que inspiró el diseño del Golden Gate de San Francisco. Con 315 metros de largo y 100 metros de altura, fue construido en 1892 para facilitar el transporte de minerales.
Ricardo Amador/NORO
En el corazón del desierto duranguense, a solo 15 minutos del municipio de Mapimí, se erige un puente que no solo ha sido vital para la historia minera de la región, sino que también dejó una huella en el mundo de la ingeniería internacional, el Puente de Ojuela.

Esta estructura de 315 metros de largo y 100 metros de altura, fue diseñado a finales del siglo XIX y se considera una de las maravillas de la ingeniería mexicana.
Este puente no solo ha sido crucial para el desarrollo de la minería local, sino que su diseño sirvió como inspiración para el Golden Gate de San Francisco.
Un testimonio de la ingeniería del siglo XIX
La construcción del Puente de Ojuela comenzó en 1892 bajo la dirección del ingeniero alemán Santiago Minhguin, quien, con su experiencia en la construcción de puentes colgantes, diseñó una estructura que se convertiría en un referente en la ingeniería de la época.
El Puente de Ojuela fue levantado para facilitar el transporte de los minerales extraídos de la Mina Santa Rita hacia el pueblo de Ojuela.

La obra fue una hazaña técnica, ya que se tendió sobre un barranco de 956 metros de profundidad y estaba sostenido por cables de acero y torres de madera, las cuales fueron reemplazadas por torres de acero tras un siglo de servicio.
La conexión del Puente de Ojuela con el Golden Gate
Aunque el Puente de Ojuela es un símbolo regional, su trascendencia mundial radica en su diseño.
Ingenieros estadounidenses y alemanes, que trabajaban en proyectos de puentes en otras partes del mundo, utilizaron el diseño del Puente de Ojuela como modelo para la construcción de otros puentes, incluido el famoso Golden Gate de San Francisco.

La similitud estructural es evidente en ambos puentes: la utilización de cables de acero, la estructura colgante y las torres de soporte.
Según José Ángel Ramírez, guía certificado en el Museo Benito Juárez de Mapimí, el puente duranguense fue clave para la creación de estructuras como el Golden Gate, que se inauguró en 1937, más de 40 años después de la construcción del Puente Ojuela.
El legado del Puente de Ojuela y su influencia
El Puente de Ojuela no solo es una obra de ingeniería, sino también un vestigio histórico de la prosperidad minera de la región. Durante su época de esplendor, el pueblo de Ojuela fue un centro neurálgico de la minería, donde se extraían metales preciosos como oro, plata, cobre y zinc.
Este desarrollo económico y la construcción del puente fueron fundamentales para el crecimiento de la región de La Comarca Lagunera, que abarcaba partes de Durango, Coahuila y Chihuahua.

Hoy en día, el Puente de Ojuela sigue siendo un símbolo de la herencia minera de la región. Aunque la actividad minera en la zona cesó en gran medida, el puente sigue siendo un atractivo turístico de primer orden.
Los visitantes pueden recorrer la estructura y disfrutar de impresionantes vistas de la barranca que la rodea. Además, el pueblo de Ojuela ofrece otras atracciones como la mina Santa Rita, donde se pueden realizar recorridos guiados para conocer más sobre la historia minera de la zona.
Una experiencia única en el desierto de Durango
El Puente de Ojuela y su entorno natural ofrecen una experiencia que combina historia, aventura y belleza natural. Los visitantes pueden caminar sobre el puente, cruzar por su tirolesa de 330 metros de largo y disfrutar de una vista espectacular de la barranca.
La zona también es famosa por su flora y fauna, y los viajeros pueden explorar los alrededores en caminatas o recorridos en bicicleta.

Además de su importancia histórica, el puente y la mina de Ojuela continúan siendo testigos de la riqueza mineral de la región. Hoy en día, la mina sigue siendo explotada en menor escala, y su legado continúa vivo a través de proyectos de conservación y estudios científicos.
En el pueblo, los artesanos ofrecen piedras y esculturas de piedra caliza, lo que añade un toque cultural a la visita.
El Puente de Ojuela es un emblema de la historia de Durango, un testimonio de la ingeniería del siglo XIX que dejó una huella en el diseño de puentes en todo el mundo, incluido el famoso Golden Gate.
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Fuentes: Mxc, Meteored, El Sol de la Laguna