Para los amantes del campo y la vida rural, a tan solo 37 kilómetros al norte de Mazatlán se encuentra El Quelite, el pueblo señorial renacido después de décadas de olvido y que hoy tiene uno de los mejores restaurantes de comida regional en Sinaloa
El Quelite es un pequeño pueblo costero de Sinaloa en el que es posible sentir la brisa del mar al pasear por sus calles empedradas y de terracería que conserva la vida rural del México del siglo XIX y la gastronomía tradicional de Sinaloa.
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Aunque no se considera Pueblo Mágico, está a la altura del mejor de estos con sus construcciones del siglo XIX, las remodelaciones pintorescas de sus calles, la música regional y la práctica del Ulama que conserva, y el reconocimiento de su gastronomía en Sinaloa y el resto de México.
Además, El Quelite tiene su propio museo de murales y producción de artesanías que se venden sobre las calles, la plaza pública con su pequeño kiosko y el templo principal dedicado a la Virgen de Guadalupe.
Historia de El Quelite
Durante la época de la Colonia, el camino real (lo que hoy llamamos carretera), pasaba por El Quelite en la conexión entre el noroeste y occidente del país. En la Revolución mexicana, el pueblo se volvió una estación para cambios de cabalgadura de las diligencias en la ruta comercial de metales preciosos.
Uno de los primeros grupos rebeldes de la Revolución, “Los Laureanos”, asaltaban a dichas diligencias para financiar la lucha revolucionaria con el oro, por lo cual eran famosos y temidos.
Con la reducción de la actividad minera, El Quelite cayó en el olvido, y así estuvo por décadas.
Fue hasta años recientes que, por iniciativa del doctor de la población, Marcos Gabriel Osuna Tirado, con el apoyo mínimo de las autoridades, comenzó a trabajar para convertirlo en un destino turístico alternativo al puerto de Mazatlán.
Para ello, el también farmacéutico tomó como fuente de inspiración las cualidades de la vida rural, la gastronomía y la cultura de Sinaloa, así como también su historia. Organizó a los vecinos para que remodelaran las fachadas de sus casas, que ahora lucen de colores, con enrejado y macetas con flores al estilo colonial, y transformó un establo lechero en el Mesón de los Laureanos.
El Mesón de los Laureanos
Nombrado en honor al grupo de rebeldes de la Revolución, el Mesón de los Laureanos es el nuevo punto de referencia de la gastronomía regional en el estado y el resto de México.
Su menú incluye la tradicional machaca y chilorio estilo Sinaloa, lengua en salsa roja, birria, gorditas de puerco, entre otros platillos típicos, acompañados de queso fresco, jocoque, nata y tortillas recién hechas.
En 2015 el restaurante recibió el Premio Nacional CANIRAC al mérito empresarial restaurantero por promover el arte culinario, la excelencia en el servicio y la alta calidad de los alimentos.
Fuentes: El Souvenir, México desconocido, Mazatlán Interactivo, The Inn
