Los sistemas de reconocimiento facial identifican a las personas utilizando la información biométrica de su rostro. Procesan una foto y extraen datos de los rasgos faciales. El software observa la distancia entre los ojos y entre la frente y la barbilla para crear un código matemático. Este código se convierte en la firma facial de una persona.
Las firmas faciales se comparan con la información biométrica de una base de datos. El resultado es un porcentaje de similitud. La firma facial con el porcentaje más alto es reconocida como la persona. Este sistema se ha popularizado en los últimos años para acceder a información personal. Se utiliza para desbloquear teléfonos móviles, etiquetar a personas en Facebook e incluso localizar a personas desaparecidas.
Acceder a información privada es fácil gracias al principio de utilizar la cámara del teléfono para desbloquearlo. Es cómodo poder desbloquear un teléfono sin tocar la pantalla. Sin embargo, esto también significa que se puede utilizar una fotografía para acceder a nuestra identidad. Este método tiene ventajas e inconvenientes.
A mediados de 2019 se produjeron protestas en Hong Kong. Los ciudadanos se manifestaban contra una legislación que permitiría extraditar a Pekín a sospechosos de delitos para ser juzgados. La tecnología de reconocimiento facial, antes vista como una ventaja, se convirtió en un peligro. El gobierno utilizó cámaras de seguridad y sistemas de reconocimiento facial para identificar a los manifestantes. Esto dejó a los manifestantes en una situación vulnerable.
Cuando se implantan nuevas tecnologías, surgen cuestiones éticas. Entre ellas, cuándo y dónde puede utilizarse y quién tiene acceso a ella. Por desgracia, con el tiempo se han desarrollado formas de engañar con estos métodos. Un método consiste en alterar la apariencia personal mediante el maquillaje y el peinado para enmascarar la identidad.
Para bloquear el reconocimiento facial, debes evitar resaltar los rasgos que hacen que el ordenador identifique un rostro. No utilices colores poco convencionales que contrasten con la piel, ni apliques el maquillaje de formas extrañas. Busca asimetrías en el rostro, oscurece u oculta el puente de la nariz y oscurece las zonas de los ojos. Siguiendo estos parámetros, puedes crear looks que bloqueen el reconocimiento facial.
Los looks
Aplicamos parches curvos de colores contrastados al rostro de la modelo para alterar las proporciones de sus rasgos. También añadimos más líneas curvas al pelo. Para comprobar si el maquillaje bloqueaba el reconocimiento facial, intentamos desbloquear el teléfono de la modelo. El maquillaje no tuvo ningún efecto y pudimos acceder al dispositivo móvil.
Se incorporaron líneas negras y sinuosas adicionales al diseño original, conectando y desconectando diversas partes. Esta modificación provocó la pérdida de las características faciales, ya que se eliminaron los volúmenes existentes anteriormente. El foco de atención se redujo al teléfono, con lo que se consiguió obstaculizar el reconocimiento.
En el tercer intento, se adoptó un enfoque asimétrico colocando un bloque negro en la ceja izquierda y una pieza de Rodete en el lado derecho, desde la oreja hasta el puente de la nariz. A pesar de la ausencia de elementos suficientes para ocultar el rostro, el reconocimiento facial no se vio obstaculizado.
Se añadieron trazos rojos adicionales al bloque negro de la ceja, que se extendían sobre los rasgos faciales clave de los ojos y la boca. El acceso al reconocimiento facial se vio obstaculizado por las limitaciones del teléfono móvil.
Nos saltamos el maquillaje para el look final y nos centramos en el pelo y los accesorios. Añadimos un mechón de pelo sobre unas gafas plateadas para que la tecnología de reconocimiento facial no pudiera identificar el rostro. El resultado global fue un éxito.
Tras analizar nuestros errores y aciertos, llegamos a la conclusión de que cargar maquillaje en la cara puede bloquear el reconocimiento facial. Esto funciona mejor cuando hay más elementos con los que trabajar. Una sola técnica puede no ser suficiente, así que lo mejor es utilizar dos o más. Dividir el rostro en secciones poco convencionales también resulta eficaz.
Esta técnica es eficaz, pero no se utiliza habitualmente en la vida cotidiana. Su importancia puede disminuir con el tiempo a medida que se desarrollen nuevas herramientas y tecnologías para abordar los posibles problemas de privacidad.
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