La venta de pitayas pinta de color rojo el centro de Hermosillo con sus diversos puntos de venta en esta emblemática zona de la capital de Sonora.
Nancy Valenzuela / NORO
La temporada de venta de pitayas de Carbó ha dado inicio en Hermosillo, donde se ha convertido en una de las frutas de temporada más esperadas por los ciudadanos, quienes no solo la consumen directamente, sino también en otras presentaciones como nieve o bebida.
En este año, el inicio de venta de pitayas se vio retrasado ante las inusuales temperaturas frescas que se registraron en la región durante el mes de mayo, lo que afectó a que la fruta no saliera durante la temporada esperada.

Llegan pitayas frescas al centro de Hermosillo
Las pitayas que se venden en Hermosillo provienen directamente del municipio de Carbó, Sonora, ubicado a solo 67 kilómetros de la capital. Cada día, los pizcadores se levantan al amanecer para recolectar entre dos y tres cubetas llenas —lo que equivale hasta 180 piezas— desde la zona conocida como Oasis.
El fruto es trasladado en cubetas de 19 litros hacia el centro de Hermosillo, donde es vendido a tan solo $10 pesos por pieza, lo que lo convierte en una opción accesible para quienes desean disfrutar de un producto local, fresco y natural.

¿Dónde puedo comprar pitayas en Hermosillo?
Uno de los beneficios de la libre venta de pitayas en Hermosillo es que se pueden encontrar en supermercados, fruterías locales o hasta en la calle, donde vendedores no dudarán en ofrecer esta fruta de calidad.
Sin embargo, la tradición en la capital de Sonora es encontrarla entre las calles de su centro, especialmente a las afueras del Mercado Municipal l, el cual a pesar de encontrarse en rehabilitación, sigue siendo un punto de referencia para los pitayeros de Carbó.

Venta de pitayas en Hermosillo representa una tradición
La venta de pitayas en Hermosillo es una tradición que se ha mantenido viva gracias a la dedicación de los agricultores y vendedores. Cada año, esperan con ansias la temporada de pitayas para ofrecer a los hermosillenses esta fruta que, además de deliciosa, es parte integral de su patrimonio cultural. Los métodos de cultivo y las técnicas de recolección se han transmitido de generación en generación, asegurando que cada pitaya conserve su sabor y calidad únicos.
Con información de El Imparcial y Expreso