El artista visual y filósofo Luis Felipe Ortega impartió un seminario en Hermosillo con bailarines y artistas escénicos, donde reflexionó sobre cuerpo, texto y arte contemporáneo.
Ricardo Amador/NORO
Luis Felipe Ortega es uno de los artistas contemporáneos más destacados de México, destacado por su exploración de los límites entre dibujo, fotografía, escultura, arquitectura, video y texto. Egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, ha sido también escritor y editor desde los años noventa.
Recientemente estuvo en Hermosillo para impartir un curso con profesionales de la danza, en el marco de Mosaico, con el taller “Las ideas y las cosas (entre el movimiento y el cuerpo: otros espacios)”.

En conversación con NORO, Luis Felipe Ortega compartió su perspectiva sobre el arte, la escritura, el cuerpo en movimiento y su relación con el paisaje del noroeste mexicano.
Ortega reconoce que hay un hilo conductor que cruza toda su obra: la palabra.
“Pienso que indudablemente el soporte con el que me siento mejor y que es un poco el eje articulador de todo mi trabajo, sin duda tiene que ver con el texto, con la textualidad”, explicó. “El texto siempre funciona como un detonante y también como una especie de eje de articulación para echar a andar otros formatos”.
Aunque la palabra escrita es su zona de confort, Luis Felipe Ortega también se ha obligado a trabajar desde otras plataformas más desafiantes. “La que constantemente desde un principio me ha puesto en aprietos y me saca de ese lugar más confortable tiene que ver con los usos y con las maneras en que mi cuerpo, en distintos momentos, se ha emplazado o lo he puesto a trabajar para tensar esa textualidad”.

Reflexionar con el cuerpo la filosofía de Luis Felipe Ortega en Mosaico
Esta visita a Hermosillo no es la primera, Luis Felipe Ortega ha trabajado antes con artistas locales en 2009, 2018 y ahora nuevamente en 2025. En esta ocasión, colabora con un grupo de bailarines y bailarinas de distintas generaciones, junto con una excepción proveniente de la arquitectura. La propuesta ha girado en torno a textos recientes y reflexiones sobre el cuerpo tras la pandemia.
“Estamos trabajando con textos también como muy recientes, a propósito de las corporalidades que provocó la pandemia y que todas estas transformaciones de las redes y la producción de imágenes también está afectando y transformando tanto la idea del cuerpo como los cuerpos en general”, comenta.

El interés de Luis Felipe Ortega por el cuerpo no es reciente. La danza contemporánea y el movimiento han sido campos fértiles para explorar lo que él llama “la potencia del cuerpo”. En sus instalaciones, es común encontrar piezas que buscan activar al visitante, invitarlo a interactuar con su cuerpo.
“He hecho muchas piezas que intentan ofrecerle al visitante una plataforma para que tenga una relación muy específica con su cuerpo […] caminar sobre vidrios, caminar en un espacio oscuro, o caminar en una escultura que te hace estar agachado todo el tiempo, te hace muy consciente del potencial de tu cuerpo, de los límites, de la flexibilidad”.

El texto como forma de pensamiento
Luis Felipe Ortega también ha sido editor de revistas y ha escrito durante años. Para él, la palabra tiene un valor conceptual y poético que la imagen visual no siempre permite. “La textualidad y sobre todo cuando uno se obliga al trabajo de síntesis, tiene una dimensión poética y también una dimensión conceptual muy particular”, afirma. Esa síntesis, según explica, se convierte en un punto de partida para mover ideas hacia otros medios.

Su experiencia como escritor y editor le ha permitido también construir puentes entre el pensamiento crítico y la creación visual. “[las palabras] empiezan a preparar y se empiezan a hacer el camino como para empezar a mover esas ideas hacia otros medios”.
México, el cuerpo y el mundo
Luis Felipe Ortega ha exhibido su trabajo en diferentes partes del mundo, además de haber tenido residencias y muestras en Estados Unidos, Europa y Sudamérica. Estas experiencias internacionales, más que deslumbrarlo, lo han ayudado a reconocer la solidez del arte mexicano.
“En México, y casi me atrevería a decir en todas las disciplinas creativas, existe una madurez. Es muy robusta la práctica profesional en México”, reflexionó. “Nos damos cuenta que en México tenemos una práctica y una formación que está a la altura de las producciones más complejas de otros países”.

Actualmente, Luis Felipe Ortega trabaja en un nuevo proyecto que se presentará en enero en Portugal.
Representar a México fuera del país también implica una gran responsabilidad. “Me exige a hacer, pues también como tratar de siempre ir poco más lejos en lo que estoy haciendo, de arriesgar más, también ser más fino en los procesos creativos”.

El noroeste como inspiración del arte
Ortega ha recorrido buena parte del noroeste mexicano, y contó que ha viajado múltiples veces a Sinaloa y Baja California. En 2007 realizó un proyecto de filmación desde la Ciudad de México hasta Tijuana, atravesando todo el estado de Sonora. “Era con la idea de enfrentarme en mi propio país a un paisaje que puede ser duro de transitar, de estar, de filmar”.
Estos viajes al norte, asegura, le han dejado experiencias profundas. “Nos enseña también a producir y a trabajar en un paisaje al cual los que estamos en el centro no estamos muy acostumbrados”.
Para Ortega, venir al noroeste no es solo una visita, sino una oportunidad para crear. “Generalmente cuando viajo a hacer estos talleres, los uso también como momentos de producción”. Esa capacidad de absorber el contexto para transformarlo en arte ha sido parte esencial de su trayectoria.

Luis Felipe Ortega continúa desdibujando los límites entre disciplinas, explorando la tensión entre texto y cuerpo, palabra e imagen.