Seres Extraños es un colectivo de Hermosillo que une arte y comunidad para cuidar el medio ambiente. A través de actividades como limpiezas, yoga y talleres, buscan reconectar a las personas con la naturaleza y generar conciencia ambiental.
Ricardo Amador/NORO
Lo que inició como una página en Instagram se convirtió en un colectivo que hoy reúne a jóvenes hermosillenses con un mismo objetivo: cuidar el medio ambiente. Seres Extraños nació de la inquietud de Karla Misdiel, quien nunca imaginó que su idea personal de compartir contenido amigable sobre temas ambientales se transformaría en un espacio de colectividad y acción.
“Empezó con la idea de que solo iba a hacer una página en Instagram en la que yo sola iba a subir contenido, pero a más gente le fue gustando la idea”, contó Karla a NORO.
La propuesta, lejos de ser un proyecto académico o técnico, partió de un lenguaje cercano y fresco. “Siento que el approach que muchas veces ha estado en todo el tema de ambientalismo es muy catastrófico, muy pesimista. Y yo quería enseñarlo en un lenguaje más informal, más amigable, más esperanzador”, compartió Karla.
Esa visión fue clave para que jóvenes que normalmente no se interesan en cuestiones ambientales se sintieran atraídos por los contenidos y actividades.
El nombre también encierra simbolismo, ya que está inspirado en la canción Seres Extraños de la banda argentina Perotá Chingó, Karla lo eligió porque evoca la posibilidad de un nuevo comienzo. La idea conectó con otros jóvenes que, poco a poco, fueron sumándose. “Entre más lo platicaba, más crecía la idea y más todo el mundo aportaba ideas de que: ‘Ay, qué padre, deberías hacer esto, esto y esto’. Y así fue creciendo”, relata.
Seres Extraños: de las redes sociales a proyecto de acción social
Hoy, Seres Extraños está integrado por un equipo base de cinco personas, entre ellas Erick Rascón, Coordinador de Proyectos. Sin embargo, la esencia del colectivo está en su flexibilidad: cada iniciativa convoca nuevos colaboradores. “Para cada uno de los programas o proyectos que estamos queriendo hacer, hay grupos de trabajo específicos. Siempre se suman personas con distintos talentos”, explicó Erick.
El paso de ser una página a un colectivo real se dio gracias a la comunidad que se fue formando alrededor. Desde el inicio, amigos y conocidos ofrecieron su apoyo. “Mis amigos han sido todo para el proyecto, yo creo que nunca hubiera hecho ni la mitad ni un cuarto de lo que he hecho sin ellos y sin la gente que ha mostrado interés desde el día 1”, reconoce Karla.
Ese espíritu colaborativo es lo que permitió que Seres Extraños organice actividades como limpiezas en espacios naturales, sesiones de yoga al aire libre, talleres de reflexión sobre consumo responsable y charlas sobre moda sostenible o cuidado del agua. Todas las actividades buscan crear un espacio seguro y colectivo donde las personas puedan conectar con la naturaleza y entre sí.
El arte como puente hacia la conciencia ambiental
Una de las mayores apuestas del colectivo es usar el arte como vehículo de concientización. Pintura, fotografía, música y dinámicas participativas se combinan en cada actividad. “Yo considero que el arte es una herramienta muy efectiva para concientizar, si quiero generar un impacto y te entrego un documento va a ser como de ‘ah, gracias’, pero si llego contigo y de una forma cálida te introduzco a mis intenciones, a como yo veo el mundo, creo que el arte hace que esos sentimientos puedan transmitirse mejor”, añadió.
Erick complementa: “El arte siempre ha sido un vehículo para transmitir ideas, emociones, pensamientos, movimientos. Y justamente siento que traducir conocimientos técnicos a un lenguaje visual o creativo permite que cualquiera pueda entenderlo. Una foto, un sonido o un color pueden conectar con todas las generaciones, desde niños hasta adultos mayores”.
Esta visión ha hecho que Seres Extraños se posicione como un puente entre las preocupaciones ambientales y la vida cotidiana de los jóvenes hermosillenses. Mientras algunos colectivos apuestan por discursos alarmistas, ellos buscan lo contrario: esperanza y acción concreta. “Normalmente los invitados que van a las reuniones no son personas que ya estén súper interesadas en el medio ambiente, pero hemos sabido cómo acercarnos a ellos y crear un espacio donde se sientan parte”, explica Erick.
Seres Extraños quiere cuidar Hermosillo desde la colectividad
Seres Extraños está logrando que personas que antes veían a Hermosillo como “puro desierto” descubran la riqueza natural que los rodea. Espacios como el Cerro Johnson o el río cercano a la Hacienda Codorachi han sido escenarios de limpiezas comunitarias y actividades de reflexión.
La apropiación social de los espacios públicos es una de las banderas del colectivo. Tras cada jornada, suelen realizar dinámicas como yoga o meditación para reforzar la experiencia. “No nomás es hacer las cosas e irnos, sino reflexionar y tratar de hacer todo con intención”, apunta Karla.
Ese enfoque deja huellas personales y colectivas.
En apenas unos años, Seres Extraños pasó de ser un perfil en redes sociales a un movimiento juvenil que apuesta por el arte, la colectividad y la esperanza para cuidar Hermosillo. En palabras de Erick: “No podemos esperar a que las administraciones lo hagan todo. La sociedad civil tiene que empezar a apropiarse de los espacios y resignificarlos colectivamente. Puede que hoy veamos un cerro pelón, pero si empezamos ahora, en unos años podremos verlo lleno de vida otra vez”.
