Ante el asesinato a balazos de un oso negro que buscaba agua y alimento en la comunidad de Cumpas, Sonora, y la visita del Rey de Malasia para practicar la cacería en Sonora, se reabre el debate sobre la legalidad de dicha práctica en el estado
Antolín Flores Mendoza, coordinador de la oficina de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en Sonora, resaltó que es ilegal atentar contra la vida de un animal fuera las restricciones que contempla la ley.
De igual forma, el coordinador recalcó que hay territorios denominados Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) en todo el país, donde se permite la cacería de animales, bajo un control reproductivo sostenible de flora y fauna.
De acuerdo a la ley, el cazador debe solicitar un permiso ante el Gobierno de Sonora, el cual tiene un costo. Una vez cubierto, el Gobierno del Estado le entregará un cintillo, el cual indicará la cantidad de animales que podrá capturar. De no seguir ese procedimiento o de exceder el límite de caza, el que priva de la vida a cualquier animal se convierte en cazador furtivo.
Flores Mendoza recordó que tanto la población del borrego cimarrón como el venado bura se encuentran protegidas, aun así, se permite su captura si este se encuentran en una UMA
Los animales más comunes de caza en el sur de Sonora y zonas serranas como Rosario, Tesopaco y Álamos, son el venado cola blanca, paloma y “cochi” jabalí.
Recordó que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) es la encargada de aplicar sanciones, inspección, vigilancia, levantar parte, testificar, acudir al lugar de los hechos, levantar actas circunstanciales de actos en contra de los animales cuando se comete un delito, no el Gobierno del Estado.
El senador de Movimiento Ciudadano Noé Castañón, quien el año pasado presentó la iniciativa para reformar la Ley General de Vida Silvestre a fin de derogar el estatus legal de la caza deportiva y poner fin a toda actividad que atente contra la vida de los animales, destacaba entonces que esta práctica representa el uno por ciento del total de la industria turística en nuestro país, crece 8.8% anual y tiene mayor auge en los programas de desarrollo turístico en Sonora, Nuevo León y Tamaulipas, donde existen 12 mil 503 áreas autorizadas para dicho fin.
El debate entre animalistas y defensores de la cacería en Sonora
Actualmente, la mayoría de los organismos federales y estatales que gestionan refugios de vida silvestre, bosques nacionales, parques estatales y otros terrenos públicos son financiados por las actividades de caza y pesca en una proporción, por lo que de prohibirse la caza en tu totalidad se afectaría el presupuesto de dichos espacios.
Carolina Araiza, directora de Pata de Perro, organización en defensa de los animales, no considera que la cacería sea un deporte, sino una matanza. En entrevista para Proyecto Puente resaltó que “el derecho del hombre le queda corto a los animales” ya que el derecho de estos parte de que están vivos. Recordó la Declaración de Cambridge de 2012, en donde se estipula que “el animal es consciente de su realidad”, “sabe que lo van a matar (los cazadores)” por lo que justificarlo como un deporte estaría “obsoleto”.
Por su parte, Francisco Villa Martínez, presidente de la Asociación de Organizaciones Cinegéticas del Estado de Sonora A.C, recalco que “los cazadores son amantes de los animales y la naturaleza”, y que la cacería si no como un deporte, se justifica como una herramienta de conservación, una “cultura” que une a las familias. También aprovechó para comentar la iniciativa de reforma a Ley como una muestra de “la ideología animalista” que ha avanzado en el mundo globalizado.
Fuentes: Proyecto Fuente, Diario del Yaqui, Senado de la República