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Leyendas de la Zona del Silencio: los enigmas que oculta el desierto

En el desierto hay un lugar silencioso que durante más de 50 años ha sido el origen de leyendas increíbles y de “otro mundo”

A mediados de la década de 1960, Pemex envió a un grupo de ingenieros a estudiar la viabilidad de la desolada y calurosa región del desierto de Chihuahua, Durango y Coahuila. Sin embargo, fue ahí donde el químico Augusto Harry de la Peña descubrió la que hoy se conoce como Zona del Silencio o Reserva de Mapimí

De la Peña se comunicaba con la oficina central de la empresa de petróleos cuando viajaba por el rumbo de Ceballos, Durango. Ahí, se dio cuenta que el sonido de su radio se perdía, un hecho anormal. Además, notó un extraño comportamiento en los animales de las zonas periféricas. Se dice que estos llegaban y morían en el lugar, como si escogieran ese sitio para dejar su vida en la tierra y descansar bajo el extenso manto de estrellas que cubre la Zona del Silencio

Se sabe que muchas especies se ven influenciadas por el electromagnetismo y la radiación. Este hecho refuerza las anomalías en la zona, donde la transmisión de las ondas hertzianas funcionan de forma distinta e incluso no pueden transmitirse, convirtiendo a este punto del norte de México en uno de los sitios más enigmáticos de la tierra. 

Crédito: Lapsus Temporis

La falta de sonido que había en el lugar le dio el nombre de Zona del Silencio. Incluso se llegó a decir que si tres personas estaban en la parte central no era posible que se escucharan entre ellas. Muchos investigadores se cuestionaron durante años si era posible que en una extensión de tierra se pudieran repeler las ondas de radio y sonido, la conclusión fue que sí y que la explicación se encontraba en el suelo rico en minerales.

Las siguientes son algunas de las leyendas más populares sobre los fenómenos que suceden en la Zona del Silencio.

1. El inicio de las leyendas: un cohete de la NASA aterrizó en el silencio  

El 11 de julio de 1970, desde una base de la NASA en Utah se lanzó el cohete Athena. Este tenía como destino otra base en Nuevo México; sin embargo, se desvió y cayó justo en el centro de la Zona del Silencio. Se aseguró que dentro del misil había cobalto 57, un elemento altamente radiactivo. Esa fue razón suficiente para que las autoridades militares estadounidenses pudieran entrar al territorio mexicano a recoger los restos del cohete. La zona se acordonó y se dedicaron a estudiar cada aspecto relacionado al misil. 

Se dice que la institución estadounidense no solo recogió los restos del cohete, sino que se llevó toneladas de tierra para estudiarla, así como flora y fauna del desierto mexicano. Investigadores mexicanos dijeron que no se trató de casualidad que la nave aterrizara en la Zona del Silencio. Incluso, algunas personas de la localidad declararon que antes de la caída del misil ya se veía a extranjeros en el lugar.   

Misil de pruebas Athena de la U.S. Air Force, que había sido lanzado desde una base militar cerca de Green River.
Crédito: ivancastropalacios.com

2. El mar seco y un banco de fósiles en el desierto 

El Bolsón de Mapimí, como se le llama también a la zona de más de 160 mil hectáreas, solía estar cubierto por el llamado Mar de Thetis, hace más de 200 millones de años, marcando la historia y la geografía de nuestro planeta. Esta es la razón por la que a lo largo del desierto todavía pueden encontrarse fósiles marinos. 

También existen áreas con gran concentración de fragmentos de aerolitos, o trozos de meteoritos que se destruyeron antes de tocar la tierra. 

3. Leyendas de vida extraterrestre y carga energética

Después de la visita de la NASA y de que pronto se extendieran los rumores de que en la zona había vida extraterrestre, un gran número de personas comenzaron a explorar la Zona del Silencio. Con la promesa de vivir experiencias únicas y paranormales, el ecosistema empezó a dañarse, pues muchos visitantes extraían su fauna y flora única en el mundo.

Otras leyendas también decían que la Zona del Silencio poseía una carga energética muy fuerte y especial. Por esa razón, de manera similar a la ceremonia que realizan muchas personas en la Pirámide del Sol durante el solsticio, turistas visitaban el desierto para “cargarse” de energía. Hasta hoy, grupos acampan en la zona con esta intención. 

Turistas en Zona del Silencio.
Crédito: visitachihuahua.com

4. La caída del Meteorito de Allende 

Dicen las leyendas que la Zona del Silencio tiene la capacidad de atraer meteoritos a la tierra, así como el que cayó un poco más al noreste del centro geográfico del territorio el 8 de febrero de 1969, llamado Meteorito de Allende. El meteoroide fue clasificado como condrita carbonácea, con una edad de aproximadamente 13 mil millones de años, casi del origen del Big Bang. 

Otro meteorito cayó el 10 de febrero de 1970, cerca del poblado de Yermo, Durango. Estaba compuesto de hierro y níquel y se subdividió en tres fragmentos, de los cuales se recuperó uno de los dos grandes meteoritos de esta misma especie. En la actualidad se exhibe en la escuela de minería de la Ciudad de México. 

Meteorito Allende.
Crédito: wikimedia.org

También existen formaciones de minerales cristalizados, primordialmente óxido de hierro, identificados como goethita y hematita. De manera similar, en la zona pueden encontrarse gran cantidad de piedras magnéticas. Estas pueden identificarse porque al acercarles una brújula, la aguja se desvía apuntando a la piedra, incluso si la haces girar alrededor la aguja sigue a la piedra.  

¿Hay alguna historia que te gustaría compartirnos sobre la Zona del Silencio? 

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