Lowriders: Una cultura de herencia mexicana nacida en los 50’s

Lowriders: una cultura de herencia mexicana nacida en los 50 

El fenómeno cultural de los lowriders se ha convertido en un pasatiempo que refuerza la identidad y relata la historia de superación de quienes cruzaron la frontera.  

El sociólogo Erving Goffman señaló en su libro La presentación de la persona en la vida cotidiana (The Presentation of Self in Everyday Life), publicado en 1959, que los objetos revelan información de los sujetos sociales; es decir, de nosotros mismos. De esta forma, los llamados “accesorios de la personalidad” definen aspectos como valores, estilo de vida y perspectivas. 

Los relojes, ropa y joyas pueden ser algunos de estos objetos con una carga emocional e hilo al pasado. Sin embargo, para los mexicoamericanos que viven en el suroeste de Estados Unidos, son los autos esos accesorios con los que buscan mantener su identidad y relatar la historia de superación que enfrentan al vivir en un país hostil con los migrantes. 

Así es como nacen los lowrider, automóviles clásicos que han sido modificados para tener un aspecto moderno y original, que además tiene la particularidad de saltar y brincar de forma que parecen bailar. Para muchos chicanos, estos coches se han convertido en un ejercicio de superación social: se compra un auto antiguo y viejo que bien podría representar los desechos de los estadounidenses y poco a poco, con trabajo y pasión, lo convierten en una extensión de su personalidad y cultura.

El término de lowrider proviene de uno de los principales cambios que se hacen en los autos: se les reducen las suspensiones para quedar más al ras del suelo, viéndose más “chaparros”. Los modelos más comunes para modificar son clásicos como el Chevrolet Impala, Monte Carlo o Caprice, Cadillac, Oldsmobile y algunos Ford. 

Además de las suspensiones bajas, los elementos vuelven a un auto lowrider son el uso de pintura brillante, así como elementos cromados en parrillas y detalles. También instalar llantas distintas a las de fábrica y la instalación de pumpers, un mecanismo que permite modificar la altura de cada extremo de los ejes del coche, razón por la que lucen “ladeados”. 

Así nació la herencia de los lowriders 

El movimiento de los lowriders ha formado parte de la cultura mexicoamericana durante décadas. Los inicios de esta tradición se remontan a la década de 1950, siendo su lugar de origen Los Ángeles, California. Hoy en día, los lugares donde más se ven este tipo de autos, además de ciudades de California, son Texas, Florida y Arizona. Cruzando la frontera, esta tradición se ha adoptado en Mexicali y Tijuana, Baja California, principalmente.  

El apogeo de los lowrider se dio en la década de los 70, cuando se hicieron populares entre la comunidad afroamericana. En los noventa, los lowrider pasaron a convertirse en un icono cultural al ser utilizados por raperos como Dr. Dre, Ice Cube, Snoop Dogg y Cypress Hill, entre otros. Con frecuencia se siguen utilizando en videos. Uno de los más recientes fue en el trailer del medio tiempo del pasado Super Bowl, donde Snoop Dogg apareció en un desfile con estos carros. 

Crédito: Dr. Dre

Aunque los lowriders han sido adoptados por otros grupos de Estados Unidos, la herencia es mexicana y se vincula también al fenómeno cultural de los pachucos, sucedido durante las décadas de los 30 y los 40. En esa época, la cultura pachuca, nacida entre Chihuahua y Texas, fue considerada como un símbolo anárquico en palabras de Octavio Paz. Mientras, el cronista Carlos Monsiváis describió a la moda pachuca como “la avidez de existir orgullosamente, así sea a través del vestuario conspicuo y el habla rítmica y jazzística, en una sociedad que a los ‘intrusos’ les niega visibilidad social”. 

Tanto a los pachucos como a los que usaban lowriders en sus inicios se les consideraba como delincuentes o asociados a alguna pandilla. Esta percepción incluso llevó a que se hiciera la promulgación de la Sección 24008 del Código de Vehículos de California el 1 de enero de 1958, que dictó como ilegal el que los conductores operaran automóviles modificados para que cualquier parte fuera más baja que la parte inferior de las llantas. 

Las leyes de tránsito no fueron impedimento para las expresiones culturales de la época. Para el año siguiente en 1959, un personalizador de autos llamado Ron Aguirre desarrolló una forma de eludir a la norma con el uso de bombas y válvulas hidráulicas que dejaban cambiar la altura de manejo con solo un botón.

Una cultura que se mantiene 

La cultura de los lowrider, lejos de desaparecer se ha mantenido y consolidado. La mayoría de las personas que tienen uno de estos autos forman parte de clubs o grupos sociales, estos se pueden dividir por regiones o estilos. Sin embargo, durante el año en el sureste se producen algunos eventos que los reúnen a todos para celebrar esta expresión de la cultura chicana.  

En algunas ciudades se organizan exposiciones y concursos donde compiten para ver quién tiene el auto más impresionante o el que más salta, todo en un ambiente de camaradería y para toda la familia. Con estos eventos, la comunidad de raíces mexicanas busca que se deje de percibir como un pasatiempo de delincuentes. 

La cultura lowrider no se trata solo de “tunear” un auto, es una declaración de una forma de vivir. Estas expresiones incluso han traspasado fronteras más lejanas, llegando al continente asiático sobre todo en Japón. Se estima que hay cerca de 200 clubes de automóviles activos relacionados con la escena de los lowrider.

¿Si tuvieras un lowrider, cómo sería? 

Total
0
Shares
Previous Article
Marcela, la influencer memonita con más de 400 mil seguidores

Marcela Enns, la influencer menonita con 400 mil seguidores en TikTok

Next Article
faro marítimo sobre cerro con mar de fondo en Mazatlán

Faro de Mazatlán, un faro natural de altura impresionante

Related Posts
Total
0
Share