El legado de Juan Gabriel no solo se refleja en sus canciones, sino también en los símbolos que eligió para representar su arte.

Uno de estos es el icónico auto que aparece en la portada de su álbum Los Dúo 2, lanzado el 11 de diciembre de 2015. Aunque «El Divo de Juárez» nunca fue conocido como amante de los autos, esta elección no fue casual. Descubramos la historia detrás del Chevrolet Bel Air 1955 que acompaña al legendario artista en esta emblemática imagen.
El último auto de Juan Gabriel: Un ícono en la portada de Los Dúo 2
El coche que adorna la portada de este disco es un Chevrolet Bel Air 1955, un clásico de su época. Con su distintivo color turquesa y líneas elegantes, representa una era de innovación en la industria automotriz. Este modelo fue parte de un cambio estratégico para Chevrolet, que en los años 50 buscaba romper con la percepción de ser una marca “durable, pero aburrida”.
Presentado en 1955 como parte de una inversión de 300 millones de dólares, el Chevrolet Bel Air marcó un antes y un después. Diseñado bajo la dirección de Harley Earl, Nicholas Edward Cole y otros expertos de General Motors, este auto incorporó importantes innovaciones. Su motor V8, un renovado chasis tubular y una suspensión «Glide Ride» lo convirtieron en un referente de su tiempo. Además, estaba disponible en 16 estilos de carrocería y 43 opciones de interiores, con precios que iban de los 1,600 a 2,300 dólares.

El vínculo entre Juan Gabriel y el Chevrolet Bel Air
Al igual que el Bel Air, que revitalizó la imagen de Chevrolet, Juan Gabriel utilizó Los Dúo 2 para reinterpretar sus clásicos junto a nuevas voces. El auto elegido para la portada simboliza este espíritu de renovación. Además, refleja el gusto de la época por los vehículos que combinaban funcionalidad y estilo, valores que también se encuentran en la música del artista.
Aunque Juan Gabriel era más conocido por su avión privado “Noa-Noa Express” que por su afición a los autos, el Chevrolet Bel Air 1955 es un detalle significativo en su carrera. Esta elección conecta su legado musical con un ícono de la cultura popular de los años 50, resaltando su habilidad para trascender generaciones.