Uno de los lugares más icónicos del puerto sinaloense por su arquitectura y relevancia en la vida nocturna es Valentinos
En la década de 1970, en Mazatlán, justo al inicio de lo que hoy se conoce como Zona Dorada, se empezó a construir el que sería uno de los puntos más emblemáticos del puerto sinaloense, Valentinos. La idea era hacer un club nocturno sobre la ya conocida roca “El Camarón”, iniciativa que surgió por parte de Octavio Capaceta y Tony Zamudio, según escribió sobre el sitio Enrique Vega Ayala, cronista oficial de Mazatlán.
El proyecto en aquellos años tenía la visión de despertar interés y convertirse en el lugar al que todos les diera curiosidad ir. Esta fue la tarea del arquitecto Armando Galván Gascón. Para ello recurrió a la arquitectura árabe-mudéjar. Este tipo de diseño fue desarrollado por los árabes en España antes de la reconquista y adaptado por los señores cristianos de la península. De esta forma se le conoce como un híbrido al combinar técnicas y lenguajes artísticos de distintas épocas.
Valentinos fue tomando la forma de un “castillo”; sin embargo, la fachada que se ve hoy en día nació como parte de una remodelación realizada a mediados de los 80. La iniciativa de modificar Valentinos surgió por parte de la señora Anabella Capaceta y Sergio Castillo. La remodelación de la disco estuvo a cargo de los hermanos Felipe y Hugo Mier Arrieta, arquitecto e ingeniero, respectivamente.
Los Mier mantuvieron el estilo original, pero realizaron mejoras que le dieron un toque más moderno al lugar, como una sola ventana con vista al puerto, picos más altos en los techos para dar dobles alturas; también añadieron algunas torres más y colocaron una pista de baile transparente, ya que debajo de la roca se podía ver una cascada, misma en la que después bailó la gente que visitaba el castillo. Fue así que Valentinos se convirtió en un punto de encuentro para la vida nocturna.
Valentinos dio lugar a Cantabar, la Pista Romántica, Sheik, Solarium, Mykonos Piano Bar y el famoso Bora Bora Bar. Esto junto a otros atractivos. Al ser pionero de la industria de entretenimiento nocturno, Valentinos fue llamado como Fiesta Land o “El castillo de la diversión”. Sin embargo, los años dorados para el castillo se esfumaron con el tiempo y las luces de este lugar icónico en Mazatlán permanecieron apagadas por años.
El resurgimiento de Valentinos justo en la pandemia
Durante una década, lo que había sido el lugar favorito de varias generaciones se mantuvo cerrado y parecía lejos de volver a tener vida. Fue hasta 2021, después de haber atravesado los meses más duros de la pandemia, que Valentinos resurgió como Punto Valentino. Este proyecto de revivir el punto más icónico de Mazatlán estuvo a cargo de Grupo Eleva.
Para este nuevo inicio como Punto Valentino, se pensó en varias unidades de negocio que funcionaran tanto de día como de noche, permitiendo que la zona tuviera oportunidad de flujo durante todo el día. Grupo Eleva aseguró que volver a abrir Valentinos era una apuesta de éxito y muestra de que Mazatlán tenía todo para reactivar su economía y generación de empleo después de la pandemia por COVID-19.
Hoy, Punto Valentino tiene nuevos atractivos que mezclan conceptos gastronómicos y de diversión para distintos segmentos. Una de las principales novedades fue la construcción de una piscina con vista al mar, misma que forma parte del Onaki Beach Club, donde se suelen realizar fiestas de día. Además, se encuentra Onaltica Barra de Mar, un club al aire libre con una gran opción de mixología y mariscos.
En Punto Valentino también se encuentra La Mona Pizza Bar y Barezzito. La unidad de negocio más reciente es Mer Club Social, el antro que abre solo abre de jueves a sábado de 6 de la tarde a 4 de la mañana. El club nocturno tiene un ambiente más elegante y exclusivo. Una de sus características es que te llevan algunas botellas en una estructura de acrílico con forma de la Torre Eiffel para dar alusión al nombre, que significa mar en francés.
¡Con estas renovaciones Valentinos es parada obligatoria al visitar Mazatlán!