La inteligencia artificial llegó para facilitar muchos procesos de la vida cotidiana, entre ellos, la comunicación. Debido a esto, miles de jóvenes han desarrollado adicción a esta herramienta que genera buenos y malos comentarios.
En el año transcurrido desde el lanzamiento de ChatGPT el 30 de noviembre de 2022, la inteligencia artificial se ha integrado cada vez más en la vida diaria, ofreciendo respuestas rápidas y contenido relevante.

Por la facilidad de su uso y su acceso casi universal, surge la pregunta de los especialistas sobre si esta tecnología puede llegar a causar una adicción. Según la psicóloga Gabriela Paoli, experta en nuevas tecnologías, cualquier actividad placentera tiene el potencial de volverse adictiva, y la inteligencia artificial no es una excepción.
Las tecnoadicciones son comportamientos compulsivos sin control, convirtiendo la actividad en una prioridar. Este proceso adictivol, según Paoli, se desarrolla gradualmente, a menudo sin que la persona afectada sea consciente de ello.
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La conexión constante con la inteligencia artificial, especialmente a través de chatbots, plantea riesgos similares a otras formas de tecnoadicción. La facilidad y rapidez de uso hacen que sea una herramienta cada vez más atractiva, pero controlar el tiempo de desconexión es crucial para prevenir la adicción.
El atractivo de la tecnología artificial
Cuando un usuario interactúa con un chatbot, la sensación de ser escuchado y comprendido puede emular la empatía humana. Este aspecto resulta especialmente atractivo en un mundo donde la soledad no deseada va en aumento.

La psicóloga Paoli señala que el uso creciente de la tecnología ha llevado a comportamientos adictivos, como la navegación interminable en internet, horas de búsqueda en Google, y la inmersión constante en redes sociales.
Con el primer aniversario de ChatGPT, la inteligencia artificial en formato de diálogo, surgen cuestionamientos sobre posibles efectos en la sociedad. Las tecnologías de la información y la comunicación han generado comportamientos adictivos en usuarios, desde juegos en línea hasta el uso constante de redes sociales, y ahora, los chatbots podrían sumarse a esta lista de adicciones digitales.
Adolescentes son más propensos a la adicción a la IA
Expertos coinciden en que los adolescentes son más vulnerables a caer en la adicción a la inteligencia artificial. Paoli destaca que los jóvenes en pleno desarrollo y toma de decisiones sobre su futuro pueden encontrar en los chatbots una alternativa tentadora a las interacciones humanas.

La soledad no deseada está en aumento entre los jóvenes, y esto puede hacer que esta herramienta, a quienes considera amigos virtuales, parezcan un remedio contra su soledad. Sin embargo, Paoli advierte que, paradójicamente, esta conexión artificial puede intensificar el sentimiento de aislamiento.
El uso excesivo de estos sistemas puede aumentar el sentimiento de aislamiento y contribuir a problemas de salud mental en los jóvenes.
¿La Inteligencia Artificial es arma de doble hilo?
La psicóloga advierte sobre la falta de información científica o médica específica sobre la adicción a los chatbots, pero subraya los posibles riesgos y peligros. La similitud con otras tecnoadicciones sugiere que la inteligencia artificial podría convertirse en una nueva fuente de problemas.

Para prevenir una posible adicción a los chatbots, Paoli recomienda un uso consciente, planteándose el propósito de la interacción y controlando el tiempo dedicado a estas herramientas.
La inteligencia artificial, en lugar de ser un remedio para la soledad, podría convertirse en una trampa, intensificando la sensación de aislamiento. La conciencia y el control son clave en un mundo cada vez más digital y conectado.
¿Consideras que podrías tener adicción a la inteligencia artificial?
Fuentes: Forbes, Vanguardia, La Silla Rota