Las ballenas grises están muriendo y su población ha disminuido hasta un 25% en los últimos años. Los científicos tienen dos hipótesis que podrían explicar este fenómeno
Misteriosamente, algunos ejemplares de ballenas grises del Pacífico Norte han muerto en el mar y encalladas durante los últimos años. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos estimó que la población de esta especie ha disminuido un 25% de 2016 a 2020. Esto significa que pasaron de 27 mil ejemplares a poco más de 20 mil.
¿Qué está causando su muerte? Aunque no hay una respuesta definitiva, los científicos tienen dos hipótesis principales.
Deshielo en el Ártico significa menos alimento
Primeramente, hay que recordar que las ballenas grises se alimentan en las gélidas aguas de Alaska. Una vez al año, recorren 10 mil kilómetros desde Alaska hasta llegar a Baja California Sur para dar a luz a los ballenatos.
La explicación predominante sería la de un aumento de muertes por el cambio climático. ¿Por qué? El deshielo marino reduce el suministro de comida para las ballenas. Para sobrellevar este viaje de migración, las ballenas de 40 toneladas se alimentan para almacenar grandes cantidades de grasa en su cuerpo.
Los biólogos marinos del Programa Científico del Ecosistema de la Laguna San Ignacio, en Baja Califorina Sur, han supervisado el estado de salud de las ballenas grises desde el año 2007. El grupo de investigación ha observado que muchas de ellas parecen desnutridas.
Los mamíferos llegan más tarde al santuario El Vizcaíno y con las vértebras visibles en sus espaldas, normalmente cubiertas de grasa. Este año, la ballena gris llegó a la península de Baja California después de lo esperado y partieron anticipadamente. Los expertos suponen que esto sucede porque sus reservas de alimento no son suficientes.
Debido a la pandemia, se realizaron muy pocas autopsias a las ballenas grises varadas en la costa. Los resultados revelaron que la mitad de ellas estaban desnutridas y tenían muy bajas reservas de grasa en el corazón y otros órganos, de acuerdo a un reportaje de National Geographic.
Ballenas grises están autorregulando su población
Sin embargo, la hipótesis anterior no puede ser aceptada tan fácilmente, de acuerdo a los científicos. Esto se debe a que la población de ballenas grises registró también un aumento de muertes en 1999 y 2000, un periodo en el que el hielo en el Ártico era más abundante. En aquel entonces, los expertos documentaron una disminución del 23% en su población. En 1997 había más de 21 mil ballenas; estas disminuyeron a alrededor de 16 mil.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) catalogó esto como muerte inusual inesperada. Después de estas muertes, el número de ejemplares se disparó hasta los 27 mil, en donde se mantuvieron hasta 2020.
Frances Gulland de NOAA, quien investigó las primeras muertes, cree que no se puede atribuir solo al cambio climático estos eventos de mortandad masiva, los cuales tienen dos décadas de diferencia.
Otros científicos también sugieren que la población de ballenas grises topó con su máxima capacidad en el oceáno y se autocorrigió en 1999, ya que la expansión de su población significaría más competencia por la comida. Este mismo proceso podría estar ocurriendo ahora.
Con información de National Geographic y Los Angeles Times.