Aunque puede ser un complemento agradable para las tardes de verano, beber cerveza no es una solución para la hidratación en los días calurosos
Llega el calorón y también las ganas de tomar cerveza. Esto es algo que por lo menos en el noroeste parece regla. Pero hay una pregunta que vale la pena hacer: qué tan bueno es beber cerveza para calmar el calor y cuáles son los verdaderos efectos de esta tradición para la salud.
¿Es realmente la cerveza un aliado en el verano, o solo un mito refrescante? Contrariamente a la creencia popular, la cerveza no ofrece los beneficios de hidratación que muchos consumidores asumen. A pesar de que la cerveza contiene agua, el contenido de alcohol en ella es diurético, lo que lleva a una mayor deshidratación. Esto se debe a que el alcohol provoca que los riñones liberen más agua de lo normal a través de la orina. Además, en el verano, el cuerpo también elimina líquidos a través de la transpiración debido al calor.
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El consumo de alcohol en verano, especialmente cerveza, puede provocar una deshidratación más rápida. Esta deshidratación, combinada con el calor, puede acelerar la pérdida de líquidos del cuerpo, lo que dificulta la capacidad del organismo para regular su temperatura corporal, aumentando el riesgo de un golpe de calor.
Aunque tomar cerveza para el calor no es quizás la mejor idea, hacerlo tampoco es tan malo como quizás pueda llegar a parecer. Según Harvard T.H. Chan School of Public Health, tomar alcohol de forma moderada puede ser incluso saludable para la mayoría de la personas, excepto para algunos grupos que no deben hacerlo: “Es seguro decir que el alcohol es tanto un tónico como un veneno. La diferencia radica principalmente en la dosis”.
El mito de beber cerveza para calmar el calor no es el único
Beber cerveza para calmar el calor o recuperar el cuerpo después de una ronda de ejercicio son dos mitos muy parecidos. Pues, en estos casos se recomienda descanso y beber agua. Además, las cheves pueden incluso llegar a aumentar la sensación térmica en el cuerpo, esto porque el alcohol funciona como un vasodilatador, que cuando entra al torrente sanguíneo ensancha los vasos, con lo que el calor corporal sube a la superficie de la piel, causando enrojecimiento de la piel y una disminución de la presión arterial.
Por otro lado, también existen mitos en torno a la cerveza sin alcohol. Se ha extendido la creencia de que este tipo de cerveza es beneficioso para las mujeres embarazadas debido a su contenido en ácido fólico (vitamina B9), necesario durante la gestación para prevenir problemas con el desarrollo neuronal del bebé. Sin embargo, la cantidad de ácido fólico en la cerveza sin alcohol es insuficiente para cubrir las necesidades diarias.
Además, el verano suele llevar a un relajamiento en nuestros hábitos diarios y, por lo tanto, a un consumo excesivo de ciertos alimentos y bebidas que podrían no ser tan frecuentes en otras épocas del año. Uno de estos elementos es el azúcar. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la cantidad diaria de azúcares libres no supere los 50 gramos, una medida que fácilmente se puede sobrepasar con el consumo de bebidas endulzadas, como sodas y jugos de fruta ultraprocesados.
A pesar de los mitos, ni la cerveza convencional ni la sin alcohol son fuentes eficaces de hidratación o de nutrientes esenciales. Beber agua sigue siendo la mejor manera de mantenerse hidratado durante el verano, mientras que una dieta equilibrada puede proporcionar todas las vitaminas y minerales que el cuerpo necesita para recuperarse cuando aumentan las temperaturas.
¿Tú te has querido quitar el calor con unas cheves heladas?
Fuente: El Español Publicaciones, El Financiero, El Heraldo de Chihuahua, La Silla Rota, Mundo Deportivo.