Los corridos bélicos son una nueva marca en la canción regional mexicana, aunque de ciertas formas lo “bélico”, siempre ha estado presente en la naturaleza del corrido
La «trocona» que va a la delantera del nuevo corrido en México la va manejando Luis R. Conriquez, Peso Pluma, Junior H, Natanael Cano, Marca Registrada y otros artistas más que navegan entre el corrido y la balada. Algunos empezaron la carrera en Estados Unidos, y otros más en los estados con la tradición más añeja del corrido que toca el tema del crimen, Sinaloa y Sonora.
En la caja de la trocona hay corridos tumbados, del movimiento alterado, corridos de antaño y la nueva era, que se le ha adjudicado al caborquense Luis R Conriquez: los corridos bélicos. Entre las piezas más sonadas están JGL, Siempre pendientes, Me metí en el ruedo, El Búho, y una lista larga que suena en las calles del norte en los estéreos de los carros y en las fiestas. Incluso, el cantante hizo parte de su personaje una bolsa, que a su vez es un peluche, al que llamó El Belikín.
Y miraba gente alivianada
con mucho billete, yo también quería
no me quedaba de otra que meterme al ruedo
fue por mi familia
Aunque la calcomanía que se le pega a muchas de las nuevas canciones de los corridos recientes sea “bélicos”, el término ha estado desde hace muchos años en el ambiente musical norteño y es parte de la jerga. «Y puros corridos belicones», dice Luis R, y las características que acuerpan las canciones son los nombres de personalidades de la mafia, lujos y anécdotas de balaceras, fiestas y otras vivencias de personas que van de pobres a ricos, hazañas en el crimen o un hecho en específico.
Luis R Conriquez se ha ganado el cariño de Caborca, al punto de que el mismo presidente municipal del lugar propuso nombrar una calle con el nombre del cantante, iniciativa que fue recibida de forma ambivalente. La propuesta incluso se sometería a sesión de Cabildo.
El Potro de Sinaloa, uno de los pilares del corrido que entre muchas otras hizo famosa una de las que abrieron puerta al nuevo estilo: Chuy y Mauricio. Hace cuatro años en entrevista con Pepe Garza usaba el término entre la plática y las canciones. Minuto 13:06.
En este video también canta un corrido que al igual que Chuy y Mauricio se quedó en la playlist de la música de la cultura del narco: El Mochomo.
Como si fueran mochomos
así lo sigue su raza
siempre los miro cargados
de subida o de bajada
si calienta mucho el sol
se encuevan con todo y carga
Bélico el asunto la puntería nunca me falla
Muchos representantes del género han hecho uso del término en canciones que han sido bien recibidas por los consumidores de las rolas “arremangadas”. Codiciado con Grupo Arriesgado entonan Bélico el asunto. Por su parte, Peso Pluma con Raúl Vega el año pasado soltaron El Belicón. “El que no se mueve sin traer convoy”. El abanderado de este capítulo del corrido también tiene otra pieza nombrada Dicen que soy bélico, que grabó junto a Marca Mp. Esto de la mano de Kartel Music, el sello discográfico con el que trabaja Luis R. Conriquez.
¿El corrido es bélico desde su nacimiento?
El corrido nació en México en la época de la revolución. Con una necesidad de narrar las historias que acontecían alrededor de la situación que estaba viviendo el país. El término “bélico” según los diccionarios significa “perteneciente a la guerra”. En estos primeros pasos del corrido, las canciones contaban la Revolución mexicana, con soldados y soldaderas, así como personajes específicos como La Adelita. También de armas y lucha, como Carabina 30-30.
Con mi 30-30 me voy a marchar
a engrosar las filas de la rebelión,
si mi sangre piden mi sangre les doy
por los habitantes de nuestra nación
Luego hubo un movimiento musical que se conoció como El Movimiento Alterado, que era también el nombre de un grupo musical que dio pie a contar la vida del narco de la primera década del año 2000. Otro vocero de este estilo era El Komander, que en esta ola de canciones “de la guerra” nombraban artefactos que pertenecían al ejército, incluso vestimenta. Se empezaba a notar que el género también se inclinaba a narrar la sangre derramada de las batallas del crimen organizado con militares o entre grupos delictivos.
Van endemoniados, muy bien comandados
listos y a la orden, pa’ hacer un desorden
para hacer sufrir y morir a los contras
hasta agonizar
Van y hacen pedazos a gente a balazos
ráfagas continuas que no se terminan
cuchillo afilado, cuerno atravesado
para degollar
Aunque pareciera que esta banalización o culto a la violencia es cosa de hace algunos años, este tipo de temas en los corridos han aparecido en todas las épocas que ha vivido el corrido en México. El mismo Chalino Sánchez es ejemplo al interpretar El Crimen de Culiacán:
Les cantaré este corrido a dos hombres que mataron
sin tenerles compasión, vilmente los torturaron
y ya muertos con un carro por encima les pasaron
Bélicos, verdes, falsos, alterados o revolucionarios, los corridos son pieza clave de la historia del país
En sus diferentes rostros, el corrido y su evolución han gozado de una salud estable. Si bien rozan de cerca la narcocultura, están contando y dejando huella de una época, con nombres, fechas y paisajes.
En los últimos años, el corrido ya ha sido fuente de estudio, y como todo producto cultural puede convertirse en un documento histórico de consulta sobre los movimiento actuales y las pulsiones del corrido para analizar una época musical y social en México y más allá.