Programas de protección a diversas especies en peligro se ven amenazados ante el cierre del histórico Acuario de Mazatlán
El Acuario de Mazatlán, una institución emblemática de la ciudad, cerró sus puertas el lunes 1 de mayo de 2023, para dar paso al nuevo acuario de la ciudad, que se ha promocionado como el más grande de México. Junto con el recinto de más de cuatro décadas de historia también se despiden una serie de programas de conservación e investigación que se han llevado a cabo a lo largo de los 42 años que funcionó el Acuario de Mazatlán, mismo que además de ser destino para el entretenimiento, fue un pilar en la protección y conservación de la fauna marina y terrestre en la región.
El cierre del acuario significa la desaparición de programas de conservación como el de la tortuga marina, que en 32 años de funcionamiento logró rescatar más de 1.7 millones de huevos y liberar más de 1.3 millones de crías de tortuga, principalmente golfina. La protección de estas tortugas, que anidan en las playas de Mazatlán de junio a noviembre, es crucial para su supervivencia, ya que se encuentran en peligro de extinción.
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Otro programa afectado es el de protección del pelícano pardo, que tenía registros de haber atendido a unos 72 pelícanos anualmente por lesiones de anzuelos, fracturas y deshidratación. Aunque no están en peligro de extinción, el programa ha sido fundamental para la conservación de estas aves en la zona del Golfo de California, donde se encuentra el 60% de las parejas reproductoras.
El pato pichichin también se ve afectado por el cierre del acuario. La institución recolectaba y brindaba atención clínica a unos 300 polluelos de patos pichichines anualmente, ayudando a proteger a esta especie, que no se encuentra en peligro de extinción pero requiere protección y cuidado. De igual manera había programas que buscaban la protección y estudio de otras especies como los caballitos de mar.
Por otra parte, el programa de protección a la guacamaya verde, el loro cabeza amarilla y el loro frente blanca, especies mexicanas de psitácidos en peligro, se ve igualmente amenazado. El acuario tenía una sección destinada a la exhibición y reproducción en cautiverio de estas aves, lo que permitía a los visitantes conocer y aprender sobre ellas a través de pláticas educativas.
Además, el acuario contaba con un programa de atención a tortugas y mamíferos marinos varados, como lobos marinos, que eran trasladados a las instalaciones del Acuario de Mazatlán para recibir atención clínica y ser reintegrados a su hábitat natural una vez recuperados.
El cierre del Acuario de Mazatlán también afectará al turismo y educación
El impacto del cierre del Acuario de Mazatlán se extiende más allá de los programas de conservación y llega también al ámbito educativo y turístico. Durante sus años de funcionamiento, el acuario atrajo a numerosos visitantes, tanto locales como internacionales, quienes aprendían sobre la biodiversidad de la región y la importancia de la conservación del medio ambiente marino y terrestre.
Además de los programas de conservación, también se ven afectados los proyectos de educación ambiental dirigidos a niños y jóvenes. Uno de los más reconocidos es el denominado «Encuentros de la Niñez por la conservación», que desde 1987 abordó temáticas alusivas a las tortugas marinas, a las aves de Sinaloa y al Golfo de California. A través de este programa, en los últimos tres años, se atendió a más de 39,000 estudiantes de sexto año de primaria.
En los últimos tres años, también se implementaron los programas «Del campo al mar», «Conociendo mi acuario» y «Una ventana al mar», que ofrecían visitas guiadas a niños de la zona rural y colonias periféricas del municipio, con un total de 45,744 atenciones registradas.
La clausura del Acuario de Mazatlán se da en el marco de la apertura del Gran Acuario Mazatlán «Mar de Cortés», un proyecto privado que abrió sus puertas el pasado 29 de abril. Aunque algunos empleados y programas del antiguo Acuario de Mazatlán podrían ser absorbidos por el nuevo recinto, el destino de la mayoría de los proyectos de conservación y educación ambiental sigue siendo incierto.
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Fuente: Punto MX, Son Playas, Noroeste, Acuario Mazatlán.