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Silueta de persona de perfil, se resalta el cerebro.

COVID-19 deja niebla mental en pacientes

Pérdida de memoria, dificultad para concentrarse y confusión son algunos de los indicadores de esta secuela del COVID-19

Pacientes quienes sobrevivieron al COVID-19, ya sea que lo experimentaran de forma leve o grave, coinciden en una serie de secuelas que, de forma no científica, han decidido nombrar como “niebla mental”.

Un hombre frente a su computadora, presionándose los ojos, parece estresado.
Pacientes que tuvieron COVID-19 señalan sentir confusión y pérdida de memoria. Lo llaman “niebla mental”. Créditos: Harvard.

Cuando la pandemia por el COVID-19 inició, muchas personas pusieron atención a los síntomas: tos, fiebre, fatiga, dolor de garganta. Conforme el tiempo avanzó y nos familiarizamos ante cuáles indicadores prestar más atención, llegaron las consecuencias de la enfermedad.

De manera recurrente, personas que desarrollaron la enfermedad coinciden en que les ha sido más difícil concentrarse tras recuperarse de covid. Las y los afectados señalan que olvidan ciertas palabras o simplemente sus ideas se encuentran muy dispersas, así como que suelen abrumarse con facilidad. Este hecho llamó la atención de investigadores, quienes se dedicaron a estudiar el tema.

Muchos de quienes manifiestan estos síntomas coinciden en no haber tenido algún accidente cardiovascular, infecciones en el cerebro o convulsiones que puedan ser detonadores del deterioro cognitivo.

Estudiar la niebla mental que deja el COVID-19

Un grupo de investigación dio seguimiento a 120 pacientes después de tres meses de su alta. Los resultados confirman lo que algunas personas han expresado: las secuelas del COVID-19 no son solo físicas, sino también cognitivas.

Entre sus resultados se resalta que de entre las personas estudiadas, 55% reportaron fatiga, 34% pérdida de memoria, 30% pérdida de sueño y 28% pérdida de concentración.

Lo que se sabe de la neblina mental

El término no es científico o médico, pero ayuda a describir qué sienten los pacientes. Especialistas aclaran que la dispersión o confusión no es exclusiva de un padecimiento, sino que pueden experimentarse por otros factores, como la fiebre, el efecto de ciertos medicamentos o alguien que cambia de manera repentina de su huso horario habitual (jet lag).

Mujer en confusión.
Simulación de mujer en confusión. Créditos: Pexels.

La niebla mental provoca una sensación similar a los efectos de no dormir bien o a los que causa el estrés. Esta neblina no se refiere a la demencia y no significa que haya un daño estructural en el cerebro.

¿Qué podría causar este efecto?

Expertos señalan que las causas podrían no estar determinadas al 100% aún, pero tienen una hipótesis para dar respuesta al por qué.  Una de ellas es que el COVID-19 puede causar lesiones cerebrales como un accidente cardiovascular.

También se considera al sistema inmunológico, el cual en su intento por defender al cuerpo receptor, ataca al virus, afectando al sistema nervioso. Esta situación se presenta en otros padecimientos infecciosos, ya que la protección inmune reacciona de forma similar ante virus y bacterias, a veces de forma exagerada, y ataca las células sanas.

Hombre joven en camisa blanca y corbata sonríe sobre fondo gris. niebla mental
Doctor Alexander Merkler. Créditos: Health Mathers.

Dos neurólogos del hospital Presbyterian en Nueva York coinciden en que si los síntomas de niebla mental se combinan con algunos otros, como dificultad para hablar, hormigueo o pérdida de visión, se debe consultar a un especialista.

Estos expertos también concuerdan en que para atender el problema no hay un tratamiento como tal, pero sí acciones que pueden ayudar al paciente: dormir lo suficiente, evitar consumir drogas, cigarros o bebidas alcohólicas, realizar ejercicios de cardio, llevar una dieta balanceada y realizar actividades sociales que les hagan sentir bien.

Algo positivo que los especialistas resaltan es que no hay evidencia que indique que la niebla mental post COVID-19 sea permanente, lo que genera una esperanza de que todo volverá a la normalidad.

“La buena noticia es que no hay evidencia de que esta niebla mental sea permanente, por lo que podemos ser cautelosamente optimistas con la esperanza de que se resuelva y que usted vuelva a la normalidad. La gente se recupera, por lo que es importante tener esperanza y ser positivo. Para brindarle la mejor oportunidad de recuperación, una persona debe intentar volver lentamente a su rutina normal”.

Alexander Merkler, neurólogo del NewYork-Presbyterian/Weill Cornell Medical Center y profesor de Neurología en Weill Cornell Medicine

Con información de Health Matters, Harvard, NHS, National Library of Medicine.

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